sábado, 25 de agosto de 2018

La Nieta empieza a sentirse un poco triunfadora.

Tengo un mosqueo... Parece que todos se han confabulado contra mi. Hace un rato ha venido la Cotilla y me ha preguntado si ya he plantado un libro. - Pues no. Supongo que en éste caso el libro tiene que ser de plástico para que no se estropee al regarlo y no tengo ninguno.

A la vecina se le han llenado los ojos de lágrimas que acabaron cayendo por los surcos de las arrugas hasta llegar al suelo. Le ha cogido un temblor de hombros preocupante. Un embotamiento en la cara presagio de un ataque cerebral y de repente, ha estallado en una risotada que me ha pillado de sorpresa dejándome  descolocada.

- ¿Esto es una consecuencia del chinchón mañanero? - ¡Nooooooooooooo! jajajajajajajaja ¡Es que no puedo creerme que seas cada vez más tonta jajajajajajajaja.

La abuela ya me preguntó ayer por el hijo escrito. - No sé cómo hacerlo... ¿Hay que escribir directamente sobre el niño, tal como salga... o tomar notas previamente, sobre un papel? ¿Y de dónde saco un hijo? - "¡De la tienda de los chinos. jajajajajajajaja!" - ¿El señor Li vende hijos? - "Sí. Di que vas de mi parte y te hará descuento"

Se fue muerta de risa. Tal vez sea por algo que he dicho pero no tengo ni idea de qué puede ser. Esta tarde iré a ver al señor Li aunque dudo que me haga una rebaja...

He  notado que alguien me sigue a todas partes. Solo veo su sombra, incluso dentro de casa ¿quién podrá ser? - He alertado a Pepe y Pascualita para que estén atentos y tratemos entre todos, de descubrilo. - Pepe me ha jurado que esa sombra no es suya. Lo sé por la cara que pone. Dice que la suya se quedó en la selva de Papúa Nueva Guinea, junto al resto de su cuerpo, además los depredadores se lo comieron todo, incluso la sombra. Como es tan serio es imposible poner en duda sus palabras-no-dichas.

Tampoco es de Pascualita porque, aunque la sombra es alargada, se ve claramente, que no tiene cola de pez sino dos palillos en lugar de piernas. - ¿Te gustaría tener piernas, Pascualita? - Su respuesta fue contundente. Saltó del frutero a su taza de cola cao, haciendo un salto mortal con triple tirabuzón y cayó en bomba poniéndome perdida de arriba abajo. Lo que no me quedó muy claro es si eso era un sí o un no. Que rara es la sirena de las narices.

En cuanto a lo de tener un árbol, lo tengo solucionado: tengo el árbol de la calle. Así que ya me queda menos para triunfar en la vida... ¡Ahí está la sombra otra vez! Empiezo a sentir miedo... ¿Abuelito, eres tú...?... Tantas mentiras he dicho sobre él a Bedulio y la Cotilla, que tal vez quiera darme un escarmiento. Corrí a la cocina y cerré la puerta de golpe y al girarme, ahí estaba la sombra . Agité un brazo para espantarla y ella hizo lo mismo. Di dos pasos atrás y ella también... Levanté una pierna y me imitó. Solo entonces me di cuenta que la sombra ¡era mía! ¡Menuda paranoia! ¿Qué será de mi cuando ya sea una triunfadora como Dios manda?


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