lunes, 6 de agosto de 2018

La Cotilla ha vuelto.

Estaba en el baño cuando sonó esto detrás de la puerta: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - Los pelos se me pusieron como escarpias ¡El ánima de la Cotilla ha venido a por mi! (pensé, aterrada) - Por supuesto no contesté. - ¡Nenaaaaaaaaaaaaaa, abre que tengo una urgencia! - De nuevo di la callada por respuesta. Me encerré tras la mampara de la ducha y llamé a la abuela.

- Abuela, el alma de tu amiga... - "¿Quién llama?!" - Yo. Tu nieta... - "Perdone pero no oigo nada" - Tu nietaaaaaa... - "¡Imbécil!" (y cortó)

Le hablé en susurros para que el espectro de la Cotilla no me oyera. Venía a vengarse, estoy segura, por haber sido tan irrespetuosa con sus restos... líquidos. Lo intenté de nuevo. - ¿Digui? (dijo el tonto de Geooorge en mallorquín. Luego se queja de que no entiende lo que le cuentan. - Dile a mi abuela que se ponga... - Madame, ser imbécil de antes. - ¡El imbécil lo serás tu, hijo de la Gran Bretaña! (¡Oh, no! se me olvidó hablar flojo. ¡Maldito inglés!)

- El espectro aporreó la puerta del baño - ¡Abre, jodía, que ya no aguanto más! - ¡No estoy! - ¡Soplaré, soplaré y la puerta tiraré! - ¡Era verdad que era un ánima del Purgatorio! abrí rápidamente - ¡¡¡Perdón, perdóóóóóón!!! (me tiré a los pies de la vecina que, sin ningún  miramiento, me pisoteó pasándome por encima. Se sentó en el váter y al momento, su cara demostró un gran alivio.

Intenté portarme con ella de la manera más exquisita posible. - ¿Quiére un chinchón on the rocks, Cotilla? - Naturalmente. Y algo más. - Sus órdenes son música para mis oídos. - ¿Te has dado un golpe en la cabeza, boba de Coria? - Voy a por unas ensaimadas recién hechas... -  Deja a mano la jarra del chinchón... - Salí haciéndo reverencias...

Poco después me atreví a preguntar dónde había estado éstos días. - Dando masajes en las playas, como las chinas. Solo tuve que ponerme esparadrapo en los ojos para achinarlos y ya está. Saqué un buen jornal esos días porque, además, les daba un repaso a las carteras de mis clientes. - ¿Afanaba junto a las puertas del Cielo? ¡Menudo pecado!

- ¿Le llegó el chinchón que le mandé por las tuberías cuando desapareció? - ¿Quién, yo? - Sí... solo quedó un... charquito en el suelo. Siento haberlo recogido con la... fregona. - Allá, tu. Me meé. Ultimamente tengo incontinencia urinaria y tengo que salir por pies. - Me quedé a cuadros. - ¿Se meó en el suelo de MI CASA? ¡Traiga aquí las ensaimadas, tia cochina! ¡Y el chinchón on the rocks también!
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario