lunes, 10 de septiembre de 2018

En duermevela...

Reconozco que he estado desconcertada todo el día. Pascualita salió en mis sueños vestida de Hada Madrina. Solo por eso el sueño era, claramente, una pesadilla. Iba con un vestido de organdí blanco y repleto de lentejuelas. Claro signo de la influencia de la abuela sobre ella.

Bajo la falda asomaba la cola de pez. Eso la libraba de calzarse stilettos. Adornaba su cabeza con una caperuza tipo nazareno de Semana Santa bordado de perlas  y plumas. En la mano un plumero espolvoreado de purpurina , hacía las veces de varita mágica rudimentaria.

No venía a verme en plan sirena sino en plan oráculo para anunciarme una novedad que, por lo visto, lleva escondida en casa desde que Cristobal Colón jugaba a barquitos en un barreño de su casa de Puerto Colom... en Mallorca, claro.

Me golpeó la cabeza con el pluero-varita para despertarme y contarme que mi casa tenía una habitación más. - ¿Para eso me molestas? Hace tiempo que se dice pero no se ha confirmado. - Con otro golpe me vino a decir que ahora la cosa iba en serio. - ¿No puedes usar la varita del modo tradicional? - Dijo que sí pero que prefería el nuevo método porque así se reía más.

- ¡Despierta y verás como ésta vez es verdad! - Y así fue. Junto a la puerta de la calle había un perchero del que colgaba una gabardina de detective y tras ella se escondía una preciosa escalera de mármol de carrara, firmada por Miguel Angel. Era de un blanco inmaculado salvo por una huella de barro que rompía la armonía de conjunto. - ¡Vaya! ¿Quién habrá sido el guarro? - Tu primer abuelito. No es raro que se lo cargaran la abuela y la Cotilla. Encontraba graciosas éstas cosas sin pensar que a una mujer no se le pisa el suelo mojado y la acción queda inmune.

En uno de los rellanos de la escalera de mármol había una habitación con un catre, un pequeño lavabo y una silla coja. - Que sitio tan feo (protesté) - Si, pero los turistas te la pagarán a precio de oro. Claro que si pasan por aquí y te ven dormida subirán hasta el cuarto piso y alquilarán la casa de la Cotilla. - ¡Aaaaaaaaaah, no! - Pues no te duermas.

Llevo despierta desde entonces. Me he apuntalado los párpados con palillos  para que no se me cierren. El caso es que por aquí no ha pasado nadie y lo que es peor, no encuentro ni la escalera ni el cuarto... y no sé si duermo o no

- "¡Nenaaaaa! Te mando unos turistas a los que le he alquilado mi antiguo cuarto" - ¿Sin preguntarme? - "¡Claro!. Les cobras 2.000 euros a la semana" - ¿Mil son para mi? - "Cada día cuentas los chistes más graciosos jajajajajajaja"





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