martes, 11 de septiembre de 2018

Pececitos.

Es necesario que compre algunos peces para el acuario porque ya estoy cansada de las miradas de guasa de la Cotilla cuando lo mira y lo único que ve son algas.

Lo malo es que me gastaré un dineral que no tengo porque Pascualita se los comerá y tendré que ir reponiendo. No sé qué hacer... Los pondré de plástico. No creo que  le gusten y si es así, cuando monte el Belen me servirán para ponerlos en el río, para que beban, como dice el villancico y el pescador haga algo, que se pasa las Navidades intentando pescar lo que no hay.

He ido a la tienda de los chinos del señor Li a comprarlos y quedan monos en el acuario. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¿No me digas que has metido peces en ese trasto?! ¡Aleluya! Por fin sé para que te sirve el cerebro. Eres lenta de entendimiento pero nunca es tarde si la dicha es buena. ¡Anda, saca el chinchón y brindemos por ello! - A ver cuando trae usted una botella... - Que modo de estropear una fiesta ¡Interesada! Menos mal que a mi no me arruga nadie ¡¡¡Alegría, alegría!!!

Mientras fui a por la botella, la Cotilla llamó a la abuela. - ¡Ven, que vamos a brindar por el esfuerzo que ha hecho el cerebro de tu nieta. Creo que, en ella, el cuerpo y el cerebro son dos entes  independientes uno del otro. Hay que ver lo que le cuesta a tu nieta coordinarlos a los dos.

Le faltó tiempo a la abuela para venir y lo primero que hizo fue plantarse ante el acuario. La Cotilla exclamó: - ¿Dónde has comprado estos bichos, nena? - En la tienda de peces. - Pues los tienen caninos porque faltan unos cuantos... - ¡¿Se los han comido?! - ¡Sí. Las algas carnívoras que tienes ahí! - ¡No diga tonterías! - ¿Quién si no? - ¿A ver si te han vendido una piraña?

La abuela, para apartar de allí a la Cotilla por si aparecía Pascualita dispuesta a acabar con todo el plástico que yo metí ahí. - "¿Dónde está ese chinchón? Brindemos antes de que desaparezcan todos."

Cuando la botella estaba llegando a su fin la Cotilla cayó redonda en el sofá de la salita. - "No vuelvas a meter plástico... ¡hip!... en el acuario o te denuncios al Gob" - Los peces son caros ¿Por qué no los pagas tu? - "Dónde está el acuario?" - En el comedor... ¡hip!... - "¿De qué casa?" - De la ... ¡hip! ... mía... - "O sea, en tu juridisción... hip!... mariiiitima. Pagas tú... ¡hip!"

Ahora, todos los días tengo que reponer peces porque la Cotilla los vigila. - ¡Hoy faltan tres! - La distraigo diciendo que se esconden entre las plantas pero hoy la he encontrado arrancando las algas. - ¡Cotilla! - Me duele el corazón al ver cómo estas hierbas se comen los pececitos... - Horrorizada vi cómo la sirena, de un fuerte coletazo, salió despedida del acuario y caer sobre el aparador donde la abuela le deja un pequeño cuenco con chinchón y grité: - ¡¡¡VAYA A POR EL CUBO DE LA BASURA, COÑE, QUE ESTO CHORREA!!! - ¡¡¡Ay, que susto me has dado, jodía!!!

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