martes, 25 de septiembre de 2018

La cotilla no cumple.

Llamó Geooooorge. -  Madame preguntar si Cotilla estar here. - ¿Y me lo tienes que decir tú? - Yes. Mi ser mayoooordomo inglés. - Me lo imaginé levantando el mentón, henchido de orgullo. _ ¿A que sujetas el teléfono con el meñique levantado? jajajajaja - ¡No! - ¡Anda que no! ¡Te pillé, inglés!

Se cabreó y colgó. Cuando Inglaterra se separe de Europa lo echaré de menos. - Media hora después llamó de nuevo. - Decir madame si estar Cotilla. - Que noooooo... ¿Por qué lo pregunta? - ¿Estar suciñldo? - NI idea. ¿Y si probaras a vocalizar mejor? - Mi ser inglés. - ¡Que sí, hijo! que pesado estás.

Cuando media hora más tarde volvió a sonar el teléfono, me lancé a por él y rugí: - ¡¡¡QUE SE PONGA MI ABUELA, COÑEEEEEEEEEEEEEE!!!

- "¿Crees que no tengo nada más que hacer que estar a tus órdenes?" - Creo que no... Eres rica, tienes mayordomo y un rolls royce a la puerta... No, no tienes nada más que hacer. ¿Qué pasa con la Cotilla? - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - Acaba de entrar por la puerta ¡Menudo radar tiene en las orejas! - "¿No se ha suicidado? Que poco palabra tiene ésta mujer" - Dice mi abuela que usted no es de fiar porque no cumple lo que dice...

La vecina me quitó el teléfono y lloriqueó a la abuela: - Lo he intentado... ¡snif! .. pero es muy difícil. Me he tirado unas tres horas con las orejas y la nariz tapadas. Y nada. - ¿No se ha tapado la boca? - ¿Y cómo hablo? Tenía que trapichear y sacar unos euros que, una cosa es suicidarse y otra llegar a fin de mes con mi pensión.

- "¿Qué más has probado?" - El gas. He metido la cabeza dentro del horno y he soltado el gas. Me estaba durmiendo cuando recordé que tenía que hacer una coca para un encargo. Despejé la cocina de gas y encendí el horno. Una horita después la coca estaba hecha y mientras esperaba a que se enfriara para meter, de nuevo, la cabeza, empezó el programa de la Esteban y ya se me fue el santo al cielo.

- "¡Suicida de pacotilla!" - Antes es la obligación que la devoción... (se lamentaba la Cotilla) A ver si mañana tengo un ratito y me suicido de una vez. - ¿Por qué quiere hacerlo, Cotilla? - Nunca lo había probado y como  dicen que, en ésta vida, hay que probarlo todo estoy en ello.

- Nena, prepara el chinchón fresquito que, en dos patadas, estaré con vosotras. Brindaremos por que mañana la Cotilla se salga con la suya. - ¡Que manía con que se suicide!

La vecina, sonrojada, vino a pedirme un favor: - Ya que voy a pasar a mejor vida, si todo va bien. ¿no podrías pedirle a tu primer abuelito que me ponga un busto que levante a los muertos de sus tumbas cuando yo pase. -¿Está segura? - ¡Ya lo creo!

Ahora la Cotilla duerme el sueño de los borrachos. Hay que decir que el busto ha quedado algo descompensado cuando Pascualia ha mordido más en un lado que en el otro, pero va que chuta.

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