sábado, 15 de septiembre de 2018

Vamos al cine.

- "¿Nenaaa... nenaaaaaaaaaaaaaa! Ya está tu nieta durmiendo como un ceporro (le decía la abuela al abuelito mientras mi mente surgía, poco a poco, del valle de los sueños para instalarse en el mundo real.) - A las horas que son ... - "Me dan ganas de dejarla por imposible... ¡NENAAAAAAAAAAAAAAAAA!"

Me llamó para invitarme ¡al cine! - "Luego te arreglas y ésta tarde vamos a ver una película de sirenas?" - ¿Qué me arregle ahora, a las tres y media de la madrugada?... - "Así no te tendré que esperar" - Y colgó.

  A las dos de la tarde llegó el rolls royce. Aparcó mal, como siempre, después la abuela subió a casa : "¿Aún estás así? ¡Llegaremos tarde!" - Estoy lista, abuela. - "¿Piensas venir con ésta pinta?" - Me miré en el espejo. Llevaba una blusa sin mangas, pantalones piratas, abarcas y un bolsito. - "Te tomarán por mi abuela" - Su cresta de dos colores: verde fosfi y magenta. La superminifalda, botines rojos y blusa negra con transparencias, por lo visto, eran de lo más discreto.

- "No te olvides a Pascualita" - ¿Viene al cine? NO. - "Pero si es una película sobre sirenas, boba de Coria..." . NO. NO.NO... - "Calla y tira para la calle"

La película trataba del viaje de Ulíses a Itaca. La sirena, asomada al termo de los chinos, prestaba poca atención a la pantalla hasta que estalló la música y nos dejó sordas. Se le pusieron los pelo-algas como escarpias y saltó del termo a las piernas de la abuela dando dentelladas a diestro y siniestro.

A duras penas se salvó de los mordiscos. Igual me pasó a mi cuando se me puso encima. Los que no pudieron hacer nada fue el resto de la gente. De repente todo el mundo gritaba, saltaban de sus butacas, algun@s se quedaron calv@s, otros tenían hinchazones descomuales en cualquier parte del cuerpo.

La música era tan atronadora que no se enteraron de nada quienes estaban en la sala de proyección.
Empezó la película y gran parte de ella la pasé corriendo detrás de Pascualita para que siguiera estando en el anonimato.

La escena donde Ulises se hace atar al palo mayor del barco para evitar saltar al mar cuando lleguen al lugar en que las sirenas cantan y atraen a los pescadores a la muerte, me quedé embobada ante aquellas preciosas criaturas marinas - ¡Que guapas eran! - "¡¡¡QUE DICEEEEEES!!!" - ¡¡¡QUE ERAN MUY GUAPAAAAAAAAS!!! - "¡COGELA DE UNA VEZ O LA PERDEREMOS!"

Saltando sobre la gente conseguí verla. Acababa de aterrizar sobre la cabeza de alguien que se resguardaba bajo los asientos. En un santiamén la dejó monda y lironda. Di un tirón, fuerte y seco al que siguió un grito desgarrador. Corrí, con Pascualita en el escote, hasta mi butaca. La abuela la escondió en el termo y lo cerró. Entonces le sugerí que nos fuéramos antes de que encendieran las luces. - Me ha parecido ver a Bedulio. - Salimos a toda prisa. Me giré hacia donde estaba la última víctima  y, efectivamente, era Bedulio. Corrimos hasta quedarnos sin aire. Geooorge abrió las puertas del rolls royce mientras la abuela le gritaba - "¡¡¡A TODA LECHE, INGLES. A TODA LECHE!!!"

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