domingo, 23 de septiembre de 2018

Festejando el Otoño.

Serían las cinco de la madrugada cuando ha sonado el teléfono. Una voz, bastante perjudicada, dijo algo así como que estaba deffwoernida... - ¿Perdón? - "¿Esdr dodjieofa?" - ¡Se ha equivocado, pendón verbenero! - "¡¡¡Nc0a!!!" - ¡¿A qué llamo a la policía? - "¡¡¡QWEJHRAOPDA!!!"

Colgué y cuando ya iba cogiendo el sueño de nuevo, el teléfono volvió a sonar: - ¡¿Qué leches quiéres ahora?! - Un respeto que le habla la autoridad (dijeron al otro lado de la línea) - ¿Bedulio?... ¿Eres tú? - Naturalmente. - Hijo, con decir que eres Bedulio ya está. Oye, que hay un pesado, extranjero, que me ha despertado hace un rato para decirme no sé qué. Debe ser nórdico porque no he entendido nada. - Es tu abuela.

- ¿No has investigado y ya sabes que es ella? Buen farolero estás hecho. - Está a mi lado, boba de Coria. La hemos detenido. A ella y a todos los que estaban en El Funeral, por escándalo público. - ¿Qué me cuentas? - Que vengas a por ella y Andresito. Y no te olvides el dinero de la fianza. - Vale, pasaré mañana a mediodía, que ya habrán descansado. - ¡Ni hablar! Te los llevas ahora mismo o paso a detenerte a ti también.

Todo el grupo de la tercera edad tenían una borrachera como un piano. No se tenían de pie, ni se les entendía, y se reían muchísimo. Solo se entendía Paquito el Chocolatero que Conchi no paraba de poner una y otra vez.

- ¿A qué ha venido lo de detenerlos por escándalo público? - ¡¿Pero no ves cómo van?! - Fresquitos. Aún hace calor. - ¡Si van enseñándolo todo! - Para eso es suyo, no te fastidia. - No te pases conmigo que te pongo las esposas - ¡Huy, que ilu! Abuela, Badulio quiere hacerme un bisnieto con numeritos sadomasoquistas.

Los gritos y aplausos de los abuel@s beod@s atronaron la comisaría. - ¡Llévate a los tuyos pero ya!- ordenó Bedulio.

Fue cuando nos íbamos cuando  me di cuenta de que, realmente, llevaban muy poca ropa todos. La abuela, por ejemplo iba enfundada en un mono ceñido color de piel y colocadas estrategicamente, tres hojas secas de platanero que seguramente cogieron de las caídas estos días en la Rambla. - ¿De qué vas vestida, abuela? - A duras penas pude entender que iban de Otoño. Celebraron en El Funeral una fiesta para festejar su llegada. El abuelito iba igual pero solo llevaba una hoja. Eché un vistazo a los demás. Todos llevaban el mismo disfraz...


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