sábado, 15 de diciembre de 2018

Amnésica perdida.

Pascualita está amnésica perdida desde lo del golpe contra el espejo del aparador. Me mira y me  ¡SONRÍE! La he puesto junto a Pepe en la mesa de la cocina y en lugar de liarse a mordiscos con la cabeza jivarizada, se lo come a besos. Vamos progresando porque, aunque se lo come de verdad, lo hace con cariño. Le he preguntado - ¿Pascualita, estás tonta? - y me ha hecho el gesto de OK juntando sus deditos palmeados.

He comprado unas rodajas de merluza fresca para las dos y cuando la ha visto en el plato, cruda, se ha tumbado encima como si estuviera en una cama. No me quedó más remedio que comentarlo con la abuela: - "¿La tienes mucho rato frente al televisor" - Toda la tarde... - "Me parece que está imitando cosas que ve en la tele" - ¡No me digas! Voy a prepararla para que vaya al Pasapalabra y me gane un pastón. - "¿Cómo que te gane? Será que NOS gane un pastón. La sirena es de las dos?" - ¿Dónde vive? ¿Quién se encarga de alimentarla, cambiarle el agua, ir a la playa a buscar las garrafas?...

No supo qué contestarme a eso aunque no se lo pensó mucho. - "No puedes mostrarla a nadie y menos en la tele ¿Te imaginas a la Esteban buscándole las cosquillas y sacando todos los trapos sucios de cuando vivía en su hábitat? La de langostas que se habrá comido estando allí. Los animalistas se echarían encima de Pascualita y, como tutoras que somos de ella, nos meterían un puro que temblaría el Misterio... No, nieta, no. Quitate la idea de la cabeza."

Me lo pintó tan negro y encontré sus explicaciones tan razonables que aparté toda idea de lucrarme a costa de Pascualita y me propuse disfrutar de ella. Me la llevaba a todas partes metida en el termo de los chinos y era más buena que el pan. Iba con la sonrisa puesta todo el día.

Una mujer que se había fijado en ella me preguntó qué significaba el emoticón que sobresalía del termo. Era una repelente cara amarilla y sonriente. - Es un símbolo contra la intransigencia. No importa lo fea que seas que si vas por la vida con una buena aptitud, la fealdad desaparecerá a los ojos de los demás... - ¡Quiero uno! ¿Dónde se venden? - En la Rambla, al anochecer, encontrará una mujer vieja junto a la fuente. Seguro que ella tiene.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - ¿Qué tal va el negocio, Cotilla? - Viento en popa. Los emoticones feos se venden como churros. Tuviste una buena idea, boba de Coria y de paso libramos a la ciudad de las chapas de cerveza. Tendrás que pintar más y cuanto más feas, mejor.

La abuela no sabe nada de éste negocio que nos llevamos la Cotilla y yo entremanos. De alguna manera tengo que pagar el espejo del aparador. - ¡Nena, trae el chinchón! - ¡Voy volando, socia! 

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