jueves, 27 de diciembre de 2018

La carrera de todos los años.

La abuela ha venido a casa seguida por Geoooorge cargado con una bandeja de ensaimadas calentitas. Antes de sentarnos a la mesa de la cocina llegó la Cotilla. - ¿Por qué no va a que la contraten en la policía? (le dije) - Mientras daba el primer mordisco a su ensaimada, me miró como si me viera por primera vez. - ¿Ein? - Para hacer el trabajo de los perros que huélen lo que sea que les manden. - Se volvió hacia mi abuela mientras atacaba su segunda ensaimada. - ¿Se puede saber en qué colegio aprendió modales tu nieta? - "Desengáñate, Cotilla que, de dónde no hay, no se puede sacar." - Bonita forma de defenderme, abuela. - "Si es que no tienes defensa, boba de Coria"

En un momento de descuido, me acerqué al inglés. - ¿Cuántos cacharros has fregado éstas fiestas, Geooorge? - Mi no fregar. - ¿Entonces quién lo hizo? - Me miró y se puso a reír. - ¿Yooooooo? - ¡Oh, yes, bobau de Coria! Yo ser mayordomo. No fregaderou jajajajajajajajajaja ¡Plaf! - Se le saltaron las lágrimas del bofetón que le di.

La abuela vino a la cocina a paso de carga. - "¡Me vas a estropear el mayordomo antes de que se apruebe el Brexit! Huuuuy, siento como la Torre del Paseo Marítimo se va alejando de ti..." - ¡Ya estamos con el chantaje de las narices!

Media hora después las dos amigas se me acercaron en plan amigable. - "Venga, mujer. Pelillos a la mar." - ¡A la porra las dos! - Al fin y al cabo estamos en época navideña. Nos vamos a vestir de Papa Noel las tres y daremos un paseo por Palma. - Haremos el ridículo. - ¡Que va! - "Verás como nos reimos. Sobre la cama te he puesto el traje."

Un rato después salimos a la calle y en contra de lo que esperaba, la gente y los niños, nos saludaban con una sonrisa.

Después de ir de la Ceca a la Meca acabamos en el Puerto. Hacía un buen día y el mar estaba como un espejo. Alguien me entregó un gorro y unas gafas de baño. Antes de que pudiera decir algo la abuela dijo: - "¡Póntelo, es para la foto!" - entonces me empujó ¡y caí al agua!... al mismo tiempo que un montón de nadadores.

El agua estaba ¡helada! Sentía que me clavaban alfileres por todo el cuerpo. Grité: - ¡¡¡SOCORROOOOOO!!! - No podía nadar. Me ahogaba y tragaba agua. - "¡Te estás quedando atrás. Nada, nada!" - ¡No siento las piernas ni los brazos! ¡NADA! - "¡Eso es lo que tienes que hacer! ¡¡¡NADAAAAAAAA!!!"

He abierto los ojos en una clínica y no paro de estornudar. Y estoy fataaaaaaal - ¿Qué ha pasado, abuela? - "Que ni siquiera has sido la última en la carrera de todos los años ¡Es que ni has salido! ¡Te has congelado!" - ¿Le quedarán secuelas, doctor? (preguntó la Cotilla) - ¿A parte de la pulmonía, pleuresía, neumonía y todo lo terminado en ía? ... No lo sé.

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