sábado, 8 de diciembre de 2018

¡Que intriga!

A las cuatro de la madrugada me ha llamado la abuela para decirme esto: ¡Nenaaaaaaaaaaaaa...! ¿tienes algo que hacer mañana?... ¿Me oyes? ... No sé cómo puedes dormir tanto..." - Recuerdo, vagamente, que le contesté algo así: - ¿Ein...? zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz... - Después la abuela comentó con Andresito. - "Creo que le ha picado la mosca del sueño... No es normal ... Mañana... vendré... a... tu... casa... y... pondremos... los... puntos... sobre... las... íes..." - El abuelito preguntó: - ¿Por qué le hablas en morse? - "Para que se le quede grabado en el cerebro... Tendrá uno, digo yo" - Lo último que recuerdo fueron risas.

No fue hasta que me senté a desayunar con Pascualita cuando recordé todo ésto y me preocupé. ¿Qué había querido decir con eso de poner los puntos sobre las íes? ¿Que me caerá una bronca? ¿Que los abuelitos me nombrarán heredera universal en su testamento? Estoy intrigadísima.

La sirena, siempre fiel a sus tradiciones, me puso la cocina chorreando de cola cao y se zampó dos croasanes que la Cotilla trajo, quince días atrás, del contenedor del super. - ¡Ya podrías haberme dejado uno, acaparadora! - Me hubiese querido estrangularla pero todavía tengo el pie como una bota de Pau Gasol y me cuesta andar.

Han llamado a la puerta y me he pasado media hora intentando llegar y abrirla mientras no paraba de gritar: ¡Ya voooooy! En el rellano había dos médicos que, durante mi visita al hospital, no pararon de hacer fotos al pie. - Venimos a que nos explique qué le pasó. - ¿Otra vez?... Estooooo... que me picó un bicho. - ¿Qué clase de bicho? - ¿No lo dije? - No recordaba nada. - Ah, pues eso. - ¿Ahora lo recuerda? - Pues... ¡si! Era un ornitorrinco. - ¿Perdón? - Perdonado, no faltaba más... Hale, hasta luego. - Intenté cerrar la puerta pero me lo impidieron - ¡¿Está segura?! - "¡Claro que está segura! Soy su abuela y presencié el ataque de ese bicho hecho con retales de otros." - Y ¡PLAM! les cerró la puerta en las narices.

La llegada de la abuela fue providencial. - "Bueno ¿qué? ¿Nos ponemos a ello?" - Estoy en ascuas. - Geoooorge, descargó en la mesa del comedor una pila, de medio metro de altura, de papeles oficiales. - "El ordenador de Andresito tiene un fallo, al escribir la i sale sin punto y debe llevarlo. Así que, venga, a poner los punto sobre las íes." - ... Jopé.

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