martes, 3 de septiembre de 2019

De nuevo, en celo.

Pascualita tiene hambre. Está desquiciada. Le ha entrado un hambre canina de repente y muerde todo lo que se le pone a tiro. - ¡Abuela! tengo en casa un arma de destrucción masiva ¡La sirena me quiere comer! - "¿No me digas que la tienes a dos velas, tacaña?" - ¡Que va! todos los días tiene su ración de pienso para pescados.. No sé si comprarle sardinas o alacha..., algo baratito. - "Que miserable eres" - ¡Oye, que soy una asalariada que no llega a mileurista!

La abuela vino a ver a su amiga. - No te arrimes mucho que muerde.

Entró en el comedor, cerró la puerta y salió tres cuartos de hora más tarde. Yo estaba preocupadísima y no me quedó más remedio que trasegar unas copitas de chinchón. - ¡Ya estaba a punto de llamar a Bedulio! - "A Pascualita le pasa la cosa más normal del mundo: está en celo." - ¿Otra vez? - "A ver si aprendes, boba de Coria"

El celo de Pascualita es un problema para nosotras porque no hay mozo sireno conocido en el mundo entero. De nuevo tendremos que peregrinar de pescadería en pescadería, a ver si encontramos algún bicho que pueda suplantar a un sireno.

Como hace tantos años que no los cata ya no recordará como son, o eran. Y lo mismo le sirve un pulpo que un cangrejo. - "Lo del pulpo quizá valga porque adoptan colores y posturas extrañas... Pero tiene que estar vivo. Ves a comprar uno." - No pienso tocar un pulpo vivo. - "Ya salió doña Remilgos" - ¡Me dan miedo! ¿Y si se me engancha en un brazo, o en una pierna? ¡Quita, quita. Ves tú!

La abuela tomó por la calle de en medio y mandó a Geoooorge (que para eso le paga) a comprar el pulpo más grande del mercado. Y aunque el inglés puso cara de pocos amigos, obedeció.

Cuando volvió, la abuela dijo: "Echalo ahí" - Y todos salimos del comedor. No nos pareció bien fisgar en la intimidad sexual de la extraña pareja... aunque ganas no nos faltaban.

- ¡ Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - "¡La que faltaba para el duro!" (murmuró la abuela) - ¡Vengo a comer el pulpo a la gallega!" - ¿Qué pulpo. Qué gallega? - Dile a tu nieta que no se haga la loca. He visto al inglés comprando en el mercado... ¿Es que no pensábais invitarme? ¡Valiente amiga eres tú, millonetis!

La abuela se ofendió. - "El pulpo no era para nosotras, mal pensada" - Pero la Cotilla, enfadada como estaba, no atendía a razones. Y con mucho retintín, dijo: - Aaaayyyy, perdóóóóóón... El pulpiiiiito es para Pascuaaaaaaaal el guapiiiiito ¡Anda y que os zurzan! - Y salió dando tal portazo que movió los cimientos de la finca.

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