sábado, 7 de septiembre de 2019

El violín.

He sacado las mantitas de sofá. Son tan cálidas y humildes que se echan de menos. No tienen pretensiones como las mantas grandes o los edredones de plumas. Eso es mucho ringorrango para un sofá de C'an Barato. Además son engorrosos, ocupan mucho sitio y te tapan la tele. Pero las mantitas... son un amorcito.

Entre la mantita y los ciclistas, he soñado en technicolor, como las películas de mi infancia y me he visto... tocando el violín. ¡Que bonitooooooooooooooooo y que bien tocabaaaaaaaaaa! Al despertar me he aplaudido a mi misma. No sabía que fuera tan buena dando conciertos. Hay que ver las cosas que aprende una durmiendo.

Después he corrido a la tienda de los chinos del señor Li a comprarme uno. Pero no tenían ¡No tenían! Es la primera vez que voy a un chino y no tienen lo que quiero. Esta fecha tengo que apuntarla en el calendario.

He llegado muy decepcionada a casa. Y para desahogarme, se lo he contado a Pascualita y a Pepe. Ambos me han escuchado sin decir ni mú. Pepe ha estado, como siempre, más atento a mis palabras que la sirena pero se ha portado bien.

Menuda rabieta ha cogido el señor Li. Quizás porque yo, encima, me he burlado un poco: - ¡Oh,! ¿Y esto es una tienda de chinos que tienen de TODO? ¿Y no tienen violines? ¡Huy que risa, señora Felisa!. - Pero me he quedado con las ganas de demostrar a Palma entera mi virtuosismo con el violín.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿a qué viene esa cara? - Le conté a la Cotilla el disgusto que me había dado el señor Li. Y esa misma noche, al volver de sus trapicheos, trajo un violín nuevo y reluciente. - Estaba abandonado en el mostrador de una tienda cogiendo polvo... - ¡Cotilla! - ¿No lo quieres?

¡Claro que sí!. Pero me lo dio con una condición: - No lo toques cuando yo esté aquí. - Vale, usted se lo pierde

Me he pasado horas tocándolo. Pascualita me ha sacado los dientes de tiburón y ha inundado el piso de agua por culpa de un tic nervioso que le ha dado. Pepe se ha caído varias veces de su estante. Los vecinos han aporreado mi puerta intentando boicotear mis sonatas ¡Envidia cochina es lo que tienen! Y Bedulio ha venido acompañado por un Inspector de Sanidad, a detenerme acusada de matar un cerdo en casa. - ¡¡¡NO SABES QUE ESTA PROHIBIDO HACER MATANZAS CASERAS!!! - Me siento incomprendida...




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