martes, 24 de septiembre de 2019

¡Que familia!

La Cotilla está encantada con la repetición de las Elecciones Generales porque tiene un montón de sobres, sin abrir, de las que acabamos de pasar y los piensa vender a cincuenta céntimos cada uno. - ¿Te das cuenta, boba de Coria, como quién sabe guardar, siempre tiene algo para vender? - Pero si esos sobres son gratis ¿cómo se los van a comprar? ¡Ni a perra chica!

- Cuánto tienes que aprender. Para eso están las buenas vendedoras. Fíjate en el señor Li, es capaz de venderte a su madre y ni te enteras. Te daras cuenta solo cuando la buena mujer esté en tu casa y te pida un plato de arroz con algas. ¡Claro que me comprarán sobres, boba de Coria. Soy la reina del trapicheo!

Otro que está contento con las nuevas elecciones es el abuelito. - Esto ocurre por algo, nena. - Porque los políticos son unos inconscientes. Si los hubiesen encerrados a todos juntos, a pan y agua, verías que rápido se hubieran puesto de acuerdo. - No es eso, mujer. Ha sido el Destino que lo ha querido así para que salgan nuevos partidos porque los demás ya están muy vistos y desfasados. Y ahí entro yo: ¡Voy a formar un partido y lo llamaré "La Yenca"!

- ¡Ostras! Con ese nombre ¿dará confianza al elector? - Naturalmente. No podrá llamarse a engaño: daremos una de cal y otra de arena según nos convenga. Así siempre tendremos la razón. - Ya, pero... - ¡No te preocupes! está todo pensado. Si ayer dijimos blanco y hoy negro, haremos honor a nuestro nombre: ¡delante, detrás, un, dos, tres!

- ¿Qué color llevaréis? - El verdemar. - Que mono... - Y práctico porque es un poco indefinido: unos lo ven verde, otros lo ven azulito. - Creo que te votaré, abuelito... Y cuando vivas en la Moncloa ¿me regalarás la Torre del Paseo Marítimo?

La abuela, de momento, disfruta a su manera... Se ha vestido de luto y ha contado a sus amigas millonetis, que ha "perdido" a su bisnieto. Lo sé porque me he encontrado con una de ellas y le ha faltado tiempo para darme el pésame

En cuanto se me ha pasado el acaloramiento de la sorpresa, he llamado a la abuela. - ¡Cómo sigas diciendo estas cosas contaré a todo el mundo que era un pulpo! - "Tú ves diciendo éstas cosas y acabarás con una camisa de fuerza"

He decidido encerrarme en casa. He hecho acopio de pipas de girasol, almendras, nueces, tabletas de chocolate, leche...para sobrevivir, tranquila, una temporadita junto con... ¿mi amiga? Pascualita.

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