jueves, 12 de septiembre de 2019

Egos como panderos.

La abuela se ha puesto farruca y le ha dado un ultimatúm al abuelito: - "O dejas de una vez la política o se te acabarán las fiestas erótico-festivas en la cama" - ¡No puedes hacerme esto! Sabes que la política es mi pasión... - "Tu pasión soy yo. Punto." - No es lo mismo... (contestó un compungido Andresito que, cada vez veía más lejana su Presidencia de Gobierno de España.

- Serías la señora Presidenta... - "¿Yo señora de? ¿Me has mirado bien? ¡Sería la Presidenta, perdona que te corrija!" - Pero si me eligieran a mi... - "Igualmente. Tendrías que darme dos o tres Ministerios. Tantas pagas como ministerios y demás cargos menores que me adjudicaría" - Pero... - "¡Ni pero ni pera! Las mejores prebendas, para mi."

Andresito no podía admitir que la abuela se le subiera a la chepa  pero no pudo convencerla ni después de tomarse media botella de chinchón on the rocks. Finalmente, agotado de tanta discusión, soltó: - Tienes un ego tan grande que no cabrías en el sillón ministerial. - "¿Me estás diciendo que tengo un culo como un pandero?... - Sí... - "¡Ja! Habló el sabio Salomón ¿Te has mirado el tuyo? Tampoco te cabría en el sillón Presidencial que quieres ocupar tu solito ¡Egoísta!" - ¡Mira quién fue a hablar!

Todo esto me lo contó Geooorge. Está preocupado viendo que la política que, bien entendida, tendría que servir para unir, solo consigue desunir a los ciudadanos. - ¿Lo dices por el Brexit, inglés? - También, boba de Coria. - ¡Que guantazo tiene!

Consulté con Pascualita y con la cabeza jivarizada Pepe, si sería bueno que me presentara yo a Presidenta del Gobierno de España. - Creo que soy una buena candidata. - La sirena bostezó. - Nunca he metido la mano en la caja de la abuela. - Pascualita enfocó hacia mi sus ojos saltones. - Bueno... tal vez... Creo que si... ¡pero hace mucho tiempo! - Y no he enchufado a nadie... - Me enseñó la dentadura de tiburón. - ¡Fui yo la enchufada cuando metí los dedos en el enchufe y por poco me electrocuto! ¿Tu me votarías, Pepe?... algún día podrías dar tu opinión, hijo, aunque te falte el cuerpo. ¿Y tú, Pascualita? - Me miró largamente, como procesando datos, luego soltó una pedorreta y se tiró de cabeza al agua de su bidón transparente.

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