¡Que disgusto tiene el abuelitooooo! Llora por los rincones sin explicarse que pudo pasar para que sus documentos acabaran hechos cisco mientras dormíamos la siesta. A mi me gustaría explicárselo pero ¡no puedo! Delataría a la sirena y acabaría dentro un frasco con formol en alguna estantería olvidada de un laboratorio extranjero..
Así que he recurrido al chinchón pero lo ha rechazado: - No, nena. Quiero tener la cabeza clara para pensar en lo que ha pasado... ¿tú no serás sonámbula... por casualidad?
Me da la impresión que el abuelito quiere endosarme el muerto. Y eso sí que no. - ¿Y si uno de los ciclistas de La Vuelta ha traspasado la pantalla y ha hecho la fechoría porque es de un partido contrario. - ¡Aaayyyyy, Dios mío! ¡Tengo una nietastra loca perdida!
Llamé a la abuela: - Creo que Pascualita le ha hecho la Pascua al abuelito rompiéndole sus documentos en trocitos pequeños. - "¡Qué lista es mi sirenita!" - Ella será muy lista pero quién tiene que aguantarlo soy yo.. - "¿No quiéres la Torre del Paseo Marítimo?..." - ¡Eres una chantajista!
Andresito no levantaba cabeza. - Habla con los partidos con los que ibas a pactar (le aconsejé) y tal vez te ayuden. - ¡¿Esos?!... Pero si no voy a pactar con nadie. ¡Me basto y me sobro! - Yo te ayudaré si me das la vicepresidencia ... - Huuuy, ese cargo está solicitadísimo. Hasta la Cotilla me lo pidió.
Me quedé a cuadros. - ¿Así que la Cotilla ha sabido todo lo relacionado con tu compromiso político y tu afán por ser Presidente del Gobierno, antes que YO?... ¡¡¡¿QUE YOOOOOO?!!!
Sentí que un volcán incontrolable escupía una cosa viscosa que subía a toda velocidad desde mis entrañas a la boca: Y no era lava sino RABIA, ENVIDIA COCHINA y decidí vengarme.
Cogí a Pascualita: - Tengo un "trabajito" para tí, bonita. - Sus ojos de pez bizquearon mientras le daba unos sorbitos de chinchón con un dedal y una sonrisa siniestra mostró su dentadura de tiburón.
Me acerqué al lloroso abuelito que se había repantingado en el sofá de la salita a ver un partido de fútbol en la tele. Y le tiré la sirena en todo el despatarre.
La abuela me ha dado las gracias, encantada, porque hacía tiempo que no veía a su marido "tan hermoso"
No hay comentarios:
Publicar un comentario