miércoles, 9 de octubre de 2019

Negocios con la Cotilla.

La Cotilla ha aumentado su radio de acción. Ahora, además de "limpiar" los cepillos de las iglesias, ha entrado a "trabajar" en los autobuses de línea. - Un día la cogerán y no volverá a ver más la luz del sol. - Que dramática eres, boba de Coria.

La abuela me propuso que, para encontrar al candidato idóneo a padre de su bisnieto,  fuera a todas partes en autobús, en horas punta. - ¿Quiéres que me espachurren? - "¡Esa es la idea! A ver si, entre el sobe de unos y otros, surje la llama propicia ¡y tienes a mi bisnieto de una vez por todas, jodía!"

Pensé en la propuesta de la abuela y no me pareció mala idea. Me fui a la parada y cogí el autobús que iba más lleno. Intentar llegar al centro del mismo fue toda una odisea. Me pasé el rato diciendo.: - Por... favor... Gracias. A ver si... puedo. Gracias...

Al poco de haber conseguido colocarme junto a las ventanas, un frenazo brusco, una curva pronunciada, la guasa del chófer... hicieron que, una y otra vez, se me vinieran encima gente de todos los colores. Más tarde tuve que salir de ese rincón porque entró una chica con un cochecito de bebé y volví a intentar mantener el equilibrio ante el brusco traqueteo.

Alguien me tiró de la manga. Bajo el sobaco de un fulano negro apareció la Cotilla. - Guárdame ésto (me cuchicheó) - ¿Qué es ? - ¡Calla, boba de Coria! - Me pasó varias cosas que metí en mi bolsa.  Siguió con el cuchicheo - Nos vemos en tu casa. Y desapareció entre el gentío.

Sentadas a la mesa de la cocina, delante de un buen plato de fabada de bote, tuvimos unas palabras: - ¡¿Está usted loca?! Me ha pasado objetos robados ¡Podrían haberme linchado! - Toma y calla. - La Cotilla me pasó un sobre con dinero. - ¿Y ésto? - Tu parte del negocio. - ''¡NOOOO, NO QUIERO LIOS... ! ¿Cuánto hay?... Vaya. - Tuve que devolverle el sobre, vacío porque, como es una pobre pensionista, no tiene euros para comprar uno cada vez

A partir de entonces, todos los días cojo varios autobuses repletos de sobones, gente despreocupada y ladrones. Más el chófer... que me gustaría saber quién los enseñan a conducir. Un guasón, seguro.

Pascualita viene conmigo por si tiene que defenderme. La llevo en plan broche y a pesar de lo fea que es, veo por su rictus que le encanta ir en autobús.


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