jueves, 3 de octubre de 2019

¡Que jodía!

Me llevado el susto de mi vida... uno de ellos por lo menos, cuando ésta madrugada, cuando aún no habían puesto las calles, algo helado y húmedo se ha puesto sobre mi cara.

Cualquiera podría hacerse una idea del berrido que he pegado... Pues, no. ¡Nadie puede imaginarse el sobresalto, el pánico, el asco, el terror que he sentido. Toda mi piel erizada, los pelillos bailando el rap más frenético. Grité y grité hasta quedarme afónica... ¿o fue hasta que los vecinos aporrearon la puerta al grito de: ¡¡¡QUEREMOS DORMIR, BOBA DE CORIA!!!?

¿Acaso era el ánima en pena de mi primer abuelito y que, por estar todo oscuro, había aterrizado en mi cara en lugar de sobre el cantarano, por ejemplo?

Busqué la perilla de la luz de la mesita sin hacer movimientos extraños. Como nunca he tratado a un alma en pena, aunque se lo haya hecho creer mil veces a Bedulio, no me fio de su reacción. De repente "aquella cosa" resbaló por mi cara hasta caer sobre la almohada.

De un salto me puse en pie, encendí la luz y... ¡volví a gritar como una alucinada! Y es que la lamparita iluminaba, desde abajo, la cabeza jivarizada y rezurcida de ¡Pepe! ¿Cómo había llegado hasta aquí? Hacía muchos años que los de la tribu enemiga se comieron sus piernas y el resto del cuerpo... ¿Acaso volaba con las orejas?

Hubo un nuevo aporreamiento de la puerta de la calle: - ¡Abre a la autoridad municipal! (dijo la voz de Bedulio)

Busqué a mi primer abuelito pero no estaba, en su lugar, encontré a Pascualita amenazándome con la dentadura de tiburón.

No entendía nada. A no ser que esté soñando (pensé) ¡Eso es! Menuda pesadilla... Pero el jaleo de la escalera sonaba muy real. Decidí ir a abrir y romper así el sortilegio. Y entonces, muy cerca de mi, una voz dijo: Nooooo. Noooooo... - ¿Pascualita? ¿Pepe? ¿Habláis?

Entonces se abrieron, de par en par, las puertas del armario empotrado y apareció la abuela llorando de risa. - ¿Has oído, abuela? ¡Estos dos hablan! - "¡No eres más tonta porque no te entrenas!"


No hay comentarios:

Publicar un comentario