viernes, 25 de octubre de 2019

¡Que nochecita!

El teléfono sonó en mi cabeza, una y otra vez, hasta que mi subconsciente, muerto de sueño, se enfadó conmigo: - ¡¡¡Vale ya, boba de Coria. Cógelo que es para ti!!! - Era la abuela. - "Nena, ahora salimos de El Funeral y pasaremos por tu casa a dejar a Andresito ¡No lo aguanto más!" - Estoy durmiendo... - "¡Estabas! O te quedas con él unos días o te borro del testamento"

Geooorge lo ayudó a subir porque llevaba muchas copas de más. - ¡¡¡Profanación!!! - Chist, abuelito, que son las tres de la madrugada. - ¡¡¡PROFANACIÓN!!! - ¡Que te calles, leñe!

Lo metimos en la antigua cama de la abuela y mientras Geooorge le preparaba un café bien cargado, yo le puse la almohada sobre la cara para que se callara. Aunque solo sirvió para asfixiarlo un poco porque los vecinos aporrearon mi puerta. - ¡¡¡QUEREMOS DORMIR!!! - ¡¡¡NO HE GRITADO YO!!!

Siempre igual. Todas las culpas recaen sobre mi. - ¡¡¡QUE TE CALLES, BOBA DE CORIA!!! - ¡¡¡DEJADME DORMIR!!! (les grité para que me oyeran) - ¡¡¡LA MADRE QUE TE PARIÓ!!! - ... Y así podríamos haber pasado la noche entera. Menos mal que llegó la Cotilla y mandó a todo el mundo a sus camas. - ¡O llamo a Bedulio! -  Y entonces el Municipal llamó al interfono: - Abre que vengo a multarte. - ¡Ha sido mi abuelito! - Un tartamudeo me indicó que no las tenía todas consigo: - ¿Qué... abue... li... to? - Andresito. - A través del interfono escuché su suspiro de alivio y unos pasos que se alejaban.

El abuelito dormía profundamente. Geooorge se había ido. Ya no se escuchaba ningún ruido en la finca. Fui a buscar a Pascualita, la envolví en una toalla y la acosté conmigo para que me defendiera de los fantasmas... En cuanto cerré los ojos vi un helicóptero aterrizando en mi balcón, soltando un fardo y desapareciendo después en la negrura de la noche.

Me tapé la cabeza con las mantas. ¿Qué habría en ese fardo?... Tendría que ir a mirarlo pero... ¡no puedo!... Bueno... iré pero me llevo a la sirena.

El frío de la noche me despejó un poco. Abrí el paquete con mucha cautela y ¡TACHAN! saltó un resorte con letrero luminoso que decía: - ¡¡¡VODAFON LE DESEA DULCES SUEÑOS!!! - Y mi  voz resonó en todo el barrio: - ¡¡¡CABRONEEEEEESAAAAAYYYYYYYYYY!!!

Ahora tengo una mano descomunal. La que me mordió Pascualita, cansada de que no le dejara dormir. Y dos multas que me tiraron por debajo de la puerta por Escándalo nocturno reiterado: Y encima, Andresito grita en sueños: ¡¡¡PROFANACION!!!

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