viernes, 18 de octubre de 2019

Tengo una ilusión.

- ¡Pascualita, estoy como niña con zapatos nuevos! - La sirena dormitaba entre dos aguas en el gran orinal aristocrático, cuando la levanté en vilo para contarle algo que había escuchado por ahí. - Quizás se la gran oportunidad de mi vida para que la abuela me regale la Torre del Paseo Marítimo en lugar de dejármela en herencia y luego no pueda pagar yo los impuestos.

La senté en el frutero, sobre la uva moscatel y seguí contando. - Quizás... tal vez... ¿quién sabe?... pudiera darse el caso...  (el rechinar de la pequeña dentadura de tiburón me alertó del mal camino que llevaba si Pascualita se aburría) Bueno, resumiendo, que para las nuevas Elecciones Generales de noviembre, volverán a sortear a las personas que deben estar en las Mesas...  ¿te vas quedando con la copla?

Miré el frutero y Pascualita ¡no estaba! - ¡Eres un culillo de mal asiento! Si no te lo cuento a ti ¿a quién voy a hacerlo? - Busqué entre la fruta y la encontré bajo las naranjas. Estaba muy quieta, sus ojos bizqueaban como cuando está nerviosa pero no me fijé. - ¡¿Qué te cuesta prestarme un poquito de atención, mamarracho?!

Inmediatamente sentí que se me erizaba el pelo de la nuca. Y me volví en redondo. Apoyada en el quicio de la puerta de la cocina estaba la Cotilla. - ¡Madre mía, que cuadro acabo de presenciar! - Sacó el móvil y llamó a la abuela. - Tu nieta necesita una camisa de fuerza o un novio que la riegue ¡Acabo de verla hablar con el frutero!... No, el del mercado, no. ¡El de la mesa de la cocina!

Unos minutos después se oyó el frenazo del rolls royce aparcando en la parada del bus, para variar. - La abuela entró en casa como un elefante en una cacharrería. - "¿Qué pasa aquí?" - Nada... Hablaba conmigo misma... - ¡¡¡CON EL FRUTERO!!! (remarcó la Cotilla)

- "¿De qué hablabas, boba de Coria?" - De que... si salgo elegida para estar en una mesa electoral... un guardia, que no conozco, me traerá un sobre ¡A mi!

Las dos amigas se doblaron por la mitad muertas de risa. - "¡No será una carta de amor, pardala! jajajajajajaja" - Ya, pero... tal vez nos gustemos... - ¡O no! jajajajajajaja - Lloraban a mares de tanto reir. - ¡Veis porque no os cuento nada! (estaba furiosa) - "¿Y si viene Bedulio?" - ¿Por qué? - "¡Porque es guardia!" jajajajajajaja

Ahora les duele la barriga de tanta risa. Justo castigo para estas "listas". Mientras, Pascualita y yo saboreamos unos chinchones on the rock porque aún hace calor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario