sábado, 13 de junio de 2020

92 días de Estado de Alarma.

Cuando a los humanos nos devuelvan, plenamente, el derecho a vivir como antes de la Pandemia, quien se pondrá en Estado de Alarma y de Grito , será el Mundo que nos contiene. Eso les he dicho a Pascualita y a Pepe y no parecen creérme.

- Pues a ver, media sardina, ¿quién se cargó a los dinosaurios y a las sirenas y sirenos? ¿El meteorito famoso o aquellos primeros peces que, hartos de estar todo el día en remojo, cogieron el portante y salieron a recorrer los alrededores de las playas de su juridisción? ¿Cómo que no puede ser? ¡Ya lo creo! En cuanto aquellos especímenes pusieron las aletas en suelo firme, usándolas como pies, dejaron los sitios por dónde pasaban hechos un asco. Que si rompieron una rama y allí se quedó tirada; que si metieron los "pies" enlodados en aguas cristalinas y dejaron de serlo... En fin. Fue dar dos pasos y sentirse los reyes del mambo...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Esto no puede ser, nena. - La Cotilla me miró, preocupada. - Tienes que cambiar de vida. Ahora mismo llamo a tu abuela y que venga a poner remedio.

No supe que decir porque no sabía de qué hablaba. - ¡Que vengas te digo! (gritaba la vecina por teléfono) ¡Es tu nieta y tienes una responsabilidad para con ella!. Y que venga una UCI con camisas de fuerza porque esta hablándole a la nada. Para ser más exacta: al llavero ese que cada día es más feo y al acuario vacío... si por lo menos hubiese un pececito rojo sería otra cosa pero solo hay plantas. Y en plan discurso, da clases magistrales o cómo se digo eso que dan los catedráticos desde lo alto de una tribuna... No, no se ha subido ni a una silla, ni a la mesa ¡pero todo se andará! Por cierto, hablando del desastre de vida de tu nieta, me he enterado que se ha caído la Torre de Pisa. ¡Menudo desastre! Pues dicen que en Sevilla han puesto protección a la Torre del Oro... por si acaso.

- Por cierto, mañana salgo para Sevilla porque, si se cae la Torre del Oro, quiero estar junto a ella no vaya a ser que aún quede oro bajo los cimientos y no quiero quedarme sin él.


No hay comentarios:

Publicar un comentario