lunes, 1 de junio de 2020

79 días en Estado de Alarma.

He resuelto el problema de Pepe colocándolo en la cocina, sobre la repisa donde ha estado siempre pero mirando a la cocina de guisar. O sea, lo he puesto de controlador de comidas. Si ve, con su ojo-catalejo, que se va a quemar lo que esté en el fuego le he dicho que me avise haciendo OOOOOOOO.

Creo que lo ha entendido y ya puedo ir tranquila a ver el programa de la Esteban sin que se me queme la comida, ni la casa, porque Pepe lo tendrá todo controlado. Huy, que peso me he quitado de encima, en primer lugar porque desde donde está no asusta a nadie y en segunda, porque si me duermo viendo la tele no tendré que prepcuparme porque la cabeza jivarizada me avisará.

A la Cotilla no termina de gustarle como ha quedado Pepe después de la metamorfosis. - Me da la impresión que va a echarme mal de ojo. Y no me gusta que me siga con la vista allí donde voy ¡Yo soy la Cotilla oficial y no va a venir un llavero mirón a quitarme el sitio!

Andresito me ha dicho que no volverá por mi casa mientras "eso" esté aquí. - Pero abuelito, si no hace nada. Ni siquiera muerde... ¡He dicho que no y es que no! - Vale, pero no me quites del testamento. - ¡Me lo pensaré!.

Pobrecito Pepe. Da penita verle, siempre manos arriba. Con sus enormes pies y manos y ese OOOOOOOO tan ¿gracioso?... No creo que esa sea la palabra ..., ¿tierno? tal vez. ¿Lúgubre?... hum, puede que haya dado con la definición. Lúgubre como el canto de una lechuza en una noche de tormenta asomada al campanario de una vieja iglesia junto a un cementerio. ¡Justo, eso es!

Tengo que hacer algo para que sea más atractivo, aunque será difícil.

He tenido que ir hasta la tienda de los chinos del señor Li a comprar pestañas postizas con purpurina verde. Pepe está mucho mejor así. He potenciado sus nuevos ojos y parece que le gusta. Parpadea con mucho erotismo y se lo he festejado aplaudiéndolo. Inmediatamente he recibido un buchito de agua venenosa en la cara. Pascualita es doña Celos y no me ha quedado otra que ponerle pestañas a sus ojos de pez. Y está felíz y yo... sin parar de recoger agua del suelo porque, cuando parpadea (¡y no para de hacerlo!) tira agua por todo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario