domingo, 21 de junio de 2020

Se ve que me desconté porque son 98 los días de Estado de alarma.

Esta noche se ha acabado el Estado de Alarma... hubiese sido bonito haber llegado a los cien días. Así nunca nos equivocaríamos cuando, pasados los años, nos preguntaran ¿cuántos días duró aquello? Diríamos ¡100! Pero ¿98?... es un número como para equivocarse.

Esta reflexión se la he hecho a Pepe y a Pascualita y han pasado de mi olímpicamente. El ojo-catalejo del llavero jivarizado ha mirado para otra parte. Y la sirena ha seguido enguarrando la cocina con sus preciosos saltos mortales dentro de la taza de cola cao.

Por eso he llamado a la abuela y le he endilgado el discursito: - "¿Tú te entrenas, boba de Coria?" - No pero tendré que hacerlo porque me ha crecido la tripa sin hacer nada. - "¡¿Con nadie?!" - Pues... no... - "¿No ha habido ningún candidato a padre de mi bisnieto durante el confinamiento?!" - ¡Claro que no, abuela! Solo ha entrado la Cotilla y porque hizo una copia de la llave de casa la jodía. - "Pues entonces estás gorda tontamente. ¡Más tonta que ayer pero menos que mañana!"

No sé porqué se ha puesto así... En fin, está visto que ya chochea pero no seré yo quien se lo diga.

Sonó el teléfono: - "¡¡¡TU PADRE CHOCHEA, ALMA CANDIDA!!!" - ¿Abu...e... la...? ¿Cómo es posible que... lo sepas...? - "¡¡¡TE ACABAS DE DELATAR, VACABURRA!!!"

Lo de la abuela no tiene nombre. Desde lo alto de la lámpara mi primer abuelito reía a mandíbula batiente... hasta que le tiré una zapatilla que lo pilló desprevenido y se cayó al suelo. - ¡Chivato! (le grité) - Cuando salió de su asombro desapareció de golpe dejando tras de sí, un olor a boquerones en vinagre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario