martes, 17 de noviembre de 2020

Soñar no cuesta nada.

 Desde que se corrió la voz de que había un árbol cantante, el barrio de Pere Garau está revolucionado. Los vecinos de las calles más alejadas vienen a ver el fenómeno y aplauden a rabiar después de cada concierto.

El Ayuntamiento ha tenido que poner orden para evitar sustos con el coronavirus. Los niños de los colegios han impreso montones de mascarillas con la figura del árbol de la calle y las venden recaudando fondos para las familias más necesitadas en lugar de para el viaje de estudios que no `podrán hacer.

A casa han venido representantes de Inmobiliarias, la primera ha sido la del señor Li, para que les venda el piso por la cercanía con las ramas del árbol. Me han ofrecido cantidades desorbitadas pero he dicho que no... aunque después he tenido que tomarme meda botella de chinchón. Como les he dicho a todos ellos: el dinero se gasta, el árbol perdura. - El señor Li ha sido el más expeditivo: ¡Yo sabel que tu sel tonta del culo, pelo no tanto, boba de Colia!

El alcalde también se acercó a escuchar cantar al árbol y, emocionado, juró y perjuró, que no lo talaría. Los vecinos del mercado aprovecharon para echarle en cara que no haya repuesto los tres hermosos árboles que mandó talar, a pesar de decirlo públicamente.  

Pascualita se pasa el día sobre el alfeizar de la ventana de la cocina disfrutando de aquella magnífica voz. Y Pepe está más tiempo en el fondo del acuario que en su estantería. Es que no aguanto su escandaloso OOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Poco a poco, los gorriones volvieron a sus nidos. Yo compré una montaña de cajas de aspirinas para el dolor de cabeza. La Cotilla se convirtió, por amor al euro, en cicerone de quienes llegaban de otros barrios y explicaba una rocambolesca historia sobre el árbol callejero que se prendó de una hermosa flor... o de una linda pajarita... o de la Luna... La versión cambiaba para no aburrirse ella repitiendo lo mismo cada día.

Y yo salgo al balcón de noche, cuando el árbol duerme, salto su rama y me subo a una hojita que cae a mis pies. Abro los ojos y...

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