miércoles, 25 de noviembre de 2020

Un bisnieto raro.

 Las rachas de aire pararon de sopetón y el ánima de mi primer abuelito volvió a casa, alegre y enamorada. entró como había salido, llevado por los últimos ramalazos del vendaval y se instaló en su lugar favorito: en lo alto de la lámpara del comedor.

Sonó el teléfono. Era la abuela: - "Qué se la última vez que mandas de mi primer marido a la Torre del Paseo Marítimo. Menos mal que mi suegra es viuda porque, solo faltaría que se divorciara para casarse con un espíritu que le tiene sorbido el coco" - ¿A su edad? - "¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino, boba de Coria?" - Pues que... ¡yo que sé! - "Ahí le has dado ¡No tienes ni idea! ¿Cómo voy a tener un bisnieto si no sabes, ni la teoría ni la práctica." - No será tan difícil... - "Pues ya estás tardando... Dile a Pascualita que se ponga" - ¿?

Andresito se asomó: - ¿Es tú abuela? ¿Ha preguntado por mi? - Sí y no. - Pues me quedo unos días más.

Me llevé a la sirena a la cocina y le puse el teléfono dónde se supone que tiene la oreja. - ¡Ya está, abuela! - Pascualita escuchaba atentamente y al finalizar hizo la señal de OK con sus deditos palmeados. - ¿Qué le has dicho? - "Que le he comprado un hermoso merluzo vivo. Aaaaayyyy, tal vez ella sí que me dará un bisnieto." - ¿Eso? Será raro. - "No me importa cómo sea. Lo querré igual que si fuera de mi sangre... ¡snif!... Ahora me he emocionado"

- El abuelito dice que se queda. - "¿Y?" - Pues que no ¡NO!. En la tele solo salen tertulianos y yo no puedo ver a la Esteban ¡Llévatelo! 

Un grito desgarrador me sobresaltó. Pascualita mordía la entrepierna del abuelito. No tuve más remedio que dar un tirón seco para que la soltara. 

El pobre hombre gritaba, saltaba, lloraba, echaba espuma por la boca y sangraba como un toro de lídia. Aquello era un escándalo. Como lo eran las dimensiones que estaba tomando las "partes nobles" (ya ves tú que tontería de nombre) del abuelito.

La botella de chinchón obró, de nuevo, un milagro. Antes de caer en el coma etílico, Andresito dijo: - No sé que... he pisado... ¡Una ra... ta salta... rinaaaa! ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ

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