viernes, 23 de julio de 2021

Cogiendo confianza.

 Dejamos de temblar al ver que Mamandurrias no lleva armas y pasamos del terror a la confianza, por parte de la abuela y ya se sabe que dónde hay confianza, da asco, en un plis plás. - "Así que tú eres Pepe... No entiendo porque tienes la cabeza por un lado y el resto del cuerpo entero. Aquí hay tongo" - Cariñoooo, no molestes al señor jíbaro (dijo Andresito con un hilillo de voz) Se puede enfadar... 

Pero ocurrió lo contrario. Al fantasma se le notaba encantado de ser el centro de atención y aportó su verdad. - La cabeza me la cortaron y la redujeron, en cambio el cuerpo, que tambièn fue troceado para cocinarlo, como se lo comieron todo en una sentada ha quedado calificado como un solo lote. - "Aaah. Pues no está mal" - ¿Y cómo lo guisaron? (preguntó la Cotilla) - No lo sé porque ni lo vi ni me probé. - Lástima que no estuviese yo por allí... - ¡Cotilla!

El ojo catalejo de Pepe había dado media vuelta y miraba fijamente el poco trozo del que fue su cuerpo que entraba en su área de visión. Fue algo que me produjo tal ternura que, incluso, me cayó una lágrima. De repente, Pascualita, rápida como el rayo, saltó sobre la aparición con la boca abierta y los dientes de tiburòn prestos a morder pero lo único que probó fue la baldosa contra la que se estrelló. - ¿Qué ha sido eso? (preguntó, asustada, la Cotilla)

- ¡¡¡YO ME VOOOOOOOOY!!! - Así se despidió Bedulio mientras yo metía a la sirena, atontada por el golpe, en mi escote.

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