sábado, 31 de julio de 2021

El look de la abuela.

 La abuela ha entrado en casa con una cara que le llegaba a los pies. - ¿Qué pasa? (he preguntado) - "El paniaguado de Geoooooorge se está volviendo del gremio de los tiquismiquis. Se está haciendo mayor el hombre" - ¿Por qué dices eso? - "Por que no ha querido salir conmigo del rolls royce: Mi subir después ha dicho el jodío" 

Entonces me fijé en la pinta que llevaba mi abuela y puede decirse que he entendido al inglés por una vez y sin que sirva de precedente. ¡El pobre ha sentido vergüenza ajena!. La abuela llevaba unas mallas olímpicas, con la bandera, dorsal, todo. Taconazos de Manolo Blanik de charol verde manzana, sombrero de paja con lazo y flores de tela y gafas de sol como las que usaban las estrellas de Hollywood en los años cincuenta del siglo pasado, con las puntas laterales hacia arriba. 

Pascualita, al oir la voz de su amiga se sentó en el borde del acuario para verla. Su monstruosa sonrisa desapareció de su rostro de semi pez y tardó ná y menos, en esconderse en el barco hundido y camuflarlo con las algas ¡No sabe nada la sirena!

- ¿Es necesario llevar ésta pinta? - "¿Qué pinta? Ah... ¿te refieres a Geoooorge? El pobre tiene  cara de inglés genuíno y eso no lo arregla ni yendo a Lourdes" 

Tuve que disimular. - ¿Vas vestida así por algo? ¿Alguna promesa a un santo? - "¡¿No te has enterado que hay Juegos Olímpicos?! Vágame Dios. - Eso lo sé, pero... - "Menos mal. Hay que apoyar a nuestros deportistas, nena y yo, en eso soy la primera" - Si no se van a enterar porque están en el Japòn, allá por el quinto pino. - "Que derrotista eres"

Las risas de mi primer abuelito apenas me dejaban oír nuestra conversaciòn. El árbol de la calle arrimaba a todas sus ramas al balcón para que ninguna hojita se perdiera el look rompedor de la abuela.  De repente estalló: - ¡Que buen espantapájaros sería! ¿Tiene trabajo? - Es millonetis. - Lástima, seguro que la contratarían con los ojos cerrados.

Andresito llamó. - ¿Has visto a tu abuela? - ¡Como para no verla! - Estoy pasando pena por si le tiran tomates y sufro por el pobre Geoooorge. - No te preocupes, ahora repartiré chinchón on the rocks y problemas resueltos. - ¡Guárdame un poco, nena!

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