miércoles, 14 de julio de 2021

La venganza.

 Dicen que la venganza se sirve en plato frío aunque no pensaba en ello cuando, desde el balcón, vi acercarse a Bedulio haciendo su ronda como policía de barrio. 

Yo estaba muy tranquila, escuchando cantar rancheras al árbol de la calle. Las aprendió cuando se fue de garbeo por el mundo días atrás. El sabe que canta bien y le gusta que se entere todo el mundo pero, en esos momentos lo hacìa solo para mi y, encima, imitando las voces de los mejores: Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía, Jorge Negrete... Me sentía transportada hasta que Bedulio apareció por la esquina de mi calle.

Se me pusieron los pelos como escarpias y una sed de venganza se apoderò de mi. Babeaba de placer ante la idea de devolderle la multa que me tiró. - ¡Huy, huy, huy, Pascualita! Aquí se masca la atragedia.

La sirena, que hasta ahora dormitaba en mi falda, abrió sus enormes ojos de pez, enderezó la cola y tuve que sujetarla para que no atacara... al aire. Mientras, el árbol seguía cantando por lo bajini: - Cucurrucucú, palomaaaaaaaaaaaaaaa...

Mi primer abuelito, subido a la barandilla del balcón, me mirò inquieto: - ¿Lo vas a hacer, nena? - ¡Claro que si! - Vale, pues te ayudaré. - ¡Eso es un abuelo! - Haciendo payasadas a dos palmos por encima de mi cabeza, gritó: - ¡Los viejos roqueros nunca mueren! - ¡¿Perdón?! jajajajajaja - Con una sonrisa de oreja a oreja, puntualizó: - ¡A mi me murieron!

Tenía en la mano la piedra envuelta con la multa, tal como Bedulio me la tiró. Cuando pasó bajo el balcón, la solté ¡y Pascualita saltó tras ella! 

La cabeza emitió un sonido cuando se encontró con la piedra. - ¡CLOC! - e inmediatamente, una especie de molinillo, dejó la testa del Municipal monda y lironda.

Bajé a toda pastilla para recoger a Pascualita y darle chinchón a Bedulio para reanimarlo. La Cotilla llegó en ese instante: - ¡Eh! No le des tanto... Uf, huele a licor que hecha para atrás. - Dijo y salió corriendo. - ¿A dónde va? - ¡A denunciarlo por beber en horas de trabajo! - Pero...

Cuando llegó la UCI móvil, uno de los enfermeros dijo: - Con la borrachera que lleva, este corte de pelo se lo ha hecho él - ¡Seguro! - Apostilló su compañero.

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