viernes, 26 de noviembre de 2021

La doble.

La carnicera me dijo: - Esta mañana ha venido tu hermana. Que callado te lo tenías. - Pero yo estaba siguiendo las evoluciones de una mosca temeraria que revoloteaba junto al aparato achicharrador de moscas. Incluso organicé unas apuestas conmigo misma (¿Se quemará? ¿No se quemará? ¡Me juego cinco céntimos a que sí! ¡Jopé, que rácana eres! Es que cobro muy poco...) - ¡Boba de Coria, te estoy hablando!

El grito de la carnicera interrumpió la conversación con mi otro yo. - Chica, siempre estás en las nubes. Te decía que ha venido tu hermana gemela. Es simpatiquísima. ¿Dónde la tenías escondida? - (¡Mecachis en la mar! ¿Dónde está la mosca? ¿frita o ha volado?) 

- ¿Hablas conmigo? - Que pesadilla de mujer. Menos mal que tu hermana solo se parece a ti en el físico. Es taaaaan simpática. Taaaaan agaradable. Tan... - No tengo ninguna hermana. 

A la carnicera se le abrió un palmo de boca ¡y ahí se metió la mosca!

Tanto había porfiado la carnicera que la curiosidad hizo ella en mi y en cuanto llegué a casa corrí hacia el teléfono. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Vas a apagar un incendio con tantas prisas? - Tengo que preguntar a la abuela por mi hermana. - Es una falta de educación empezar a beber chinchón sin mi. - ¿Eso quiere decir que no tengo hermana? - Ni perrito que te ladre. - Pues me ha dicho la carnicera... - Que diga misa. Eres hija única. - Dice que... - ¡Que no! - ¿Entonces...? - Habrá visto a tu doble. Todos tenemos uno. -  ¡Vaya! Pue dice que es muy simpática, agradable y que solo se parece a mi en lo físico. - Es bueno saberlo porque, si vuelve a aparecer, te damos el cambiazo. - ¡¡¡¡Cotilla!!!

Por el rabillo del ojo vi a la ingrata de Pascualita haciendo la señal de OK con sus manitas palmeadas.

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