miércoles, 3 de noviembre de 2021

La okupa.

Hoy tenía mucho tiempo para pensar así que me he dedicado a mirar el techo del comedor como si no lo hubiera visto nunca. Pensar, no he pensado porque es un ejercicio mu pesao y al final no saco nada en claro, en cambio mirar se me da mejor.

Allí estaba mi primer abuelito, lo he saludado y he seguido con mi inspección. He visto motas de polvo de antes de la pandemia. Son pequeñas estalactitas que no piden pan. En el caso improbable de que les diera por crecer podría poner un letrero en la puerta de la finca que dijera: Visite las únicas estalactitas caseras del mundo mundial. Serán 5 euros por persona.

No estaría nada mal. Me ha venido a la mente el rapapolvo que me dará la abuela si las ve y he ido a por la escoba. El abuelito, creyendo que quería jugar con él, ha extendido su sudario de andar por casa y daba vueltas a la lámpara del comedor mientras yo intentaba darle escobazos. En un momento la casa se ha llenado de risas y jolgorios porque el árbol de la calle se apunta a un bombardeo en cuanto hay jarana.

Las hojitas nos animaban y cada vez que le daba al abuelito el árbol sacaba su voz más potente y cantaba ¡We are de champions!, tal como suena porque sabe tanto inglés como yo.

De repente un: - ¡Alto ahí, boba de Coria, que te cargas mi mantelería fina! - Miré en derredor buscando a la Cotilla pero no estaba. - ¡Aquí, cegata. En el rincón! - Solo vi una araña patas largas con los brazos en jarras.

Tuve que pedirle disculpas a pesar de ser una okupa en mi casa porque hacía unas telas de araña impresionantes. Nunca he visto un bordado más trabajado y sutil. Solo una artista puede hacer algo así.

Todos quedamos admirados. Incluso Pascualita, asomada al borde del acuario, abría y cerraba su boca de pez mientras hacía la señal de OK con sus deditos palmeados.  

Hasta los invitados a la Cena soltaron exclamaciones de admiración. - Vendo mis trabajos (dijo la araña). - Y sacó una libreta para ir anotando pedidos. Las hojitas se volvían locas pidiendo. - 

¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Pasa algo en el techo? - Hola, Cotilla, pues nada... - ¿Qué es aquello?... ¡Aaaaaaaaah! ¡Una arañaaaaaaaaaaaaa! ¡Dame la escoba, alma candida y cierra la boca o te caerá dentro! 

Y arrebatándome la escoba ... ¡atacó!

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