jueves, 13 de octubre de 2022

Rita la Cantaora.

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Nena, por fin he dado con la solución a nuestros problemas pecuniarios... - Será a los míos porque usted debe ser más rica que un torero. Me gustaría saber bajo qué baldosa guarda los euros. - ¡No blasfemes ni llames a la mala suerte, boba de Coria! Bueno, a lo que iba. Ya estás entrando en el baño a restaurarte... - ¿Perdón? - Que te arregles como para ir de caza. - No tengo escopeta... - Ni falta que te hace. Luce palmito y sal a la busca y captura de un tío con la cartera llena y mujeriego a tope.

La miré. - ¿Le ha dado un tiento al chinchón, Cotilla? ¿Y cómo sé yo si tiene un capitalito en el banco? Además, con que me haga un bisnieto ya me vale. - Pero a mi no. Del modo que te digo yo, ganamos las dos.

Total que, según la Cotilla, la cosa era fácil: busco chico, lo engatuso (¿cómo se hará esto?), le pregunto si es rico. - ¿Y si no lo es? - Pues a por otro. - Lo nombras tu novio oficial y, en ná y menos, dices que os casáis. - ¿Así? ¿sin anestesia? - ¡Exacto! Hay que pillarlo desprevenido. - Pobre...

La cuestión es que dos días después pegas en las  paredes del barrio una foto en la que te estaras dando el lote con otro señor. - ¡Ostras! Con lo difícil que es encontrar uno y ahora resulta que tengo que conquistar a dos. No hace falta. Es solo para la foto. - El otro se enfadará... - ¡Ese es el quit de la cuestión, alma cándida!

Me encerré en el baño e hice lo que pude para quedar pasable. La Cotilla no quedó medio satisfecha hasta mi octava salida al comedor pintada como una puerta.

De repente mi neurona despertó de su siesta y dijo: - Esto me suena a plagio pero al revés. - Lo comenté con la Cotilla sin decirle quien me lo había chivado. - Vale. La historia se parece a una que ha salido en las revistas pero no te quedes con eso sino con el dineral que habrá entrado en sus arcas. - ¿De quién? - ¡De quién sea! La cuestión es que suene el ¡clin, clin! de la caja registradora. 

Tres horas después de ir "de caza" tuve que volverme porque los tacones me habían llenado los pies de ampollas. Fue lo único que "cacé" - Mañana más, boba de Coria. (me "alentó" la Cotilla) - ¿Sabe qué le digo? que mañana saldrá Rita la Cantaora

 

 

 

 

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