domingo, 2 de octubre de 2022

Sangres alteradas.

Anda que no estorba la dichosa pila de lavar en medio del comedor. Ya le he dicho a la Cotilla que busque otro artefacto más pequeño como acuario y me ha puesto de egoísta, desagradecida y no sé cuantas cosas más. - ¿Pero no ve que ocupa mucho sitio? - ¡Con lo que me costó subirla y así me lo agradeces! - Pero si la subieron entre dos compañeros suyos del trapicheo... - ¿Pero y lo que me costó convencerlos?

Salió de casa remugando y maldiciendo a las dichosas algas porque, por su culpa, su Ataúlfo no puede nadar allí porque el agua es de mar. - El día menos pensado te hago una ensalada con ellas (dijo antes de cerrar la puerta de la calle de un portazo)

 Pascualita, en cuanto ve salir a la Cotilla, salta de la pila de lavar a la silla, de allí al suelo, repta y va a ver si puede zamparse al pececito. Tantas veces ha ido a por él que han acabado haciéndose amigos y, por lo visto, según cuenta mi primer abuelito,  mantienen unas conversaciones muy interesantes ... ¿?

Hace días que el abuelito no luce sus primorosos sudarios que tanto le gustan. - ¿Tus amigos modistos se han cansado de hacerte obras de arte? - ¡Que va! Soy yo que estoy de capa caída... - ¿Mal de amores? - Eso será... Añoro al amor de mi vida. - ¿La abuela? - ¡Quita, quita! ... A la Momia ¡Ay, que mujer...!

Dicen que la Primavera la sangre altera ¡Me río yo de semejante dicho porque, hay que ver la que lía el Otoño.



 

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