sábado, 1 de octubre de 2022

¿Y si probara?

 Ataúlfo se está convirtiendo en un superviviente nato. Gracias a él Pascualita se pasa el día yendo de la Ceca a la Meca para merendárselo pero gracias a mi "sacrificio" vigilándola cuando estoy en casa y a tener la precaución de esconderlo en mi cuarto cuando tengo que salir, sigue vivo. 

Claro que a Pascualita, aunque no lo creería si se lo dijera, le está sentando bien tanto ejercicio reptando por toda la casa, impulsándose con su poderos cola de sardina para subirse por todo, se le está quedando una cinturita de sílfide y, dentro de poco, cabrá de nuevo, en el termo de los chinos.

Hasta mi primer abuelito se ha dado cuenta del cambio: - ¡Menudo tipazo está poniendo Pascualita! He hablado con Christian Dior de ello y me ha dicho que cuando quiera le da trabajo de mini modelo. - ¿Ya lo sabe ella? - Sí, pero no está por la labor de llegar al Más Allá antes de hora.

Tengo que arreglar el desaguisado que montó la Cotilla rompiendo el acuario y dejando a la sirena sin hábitat. Provisionalmente está en un cacharro de duralex incómodo. Además, allí no caben ni algas ni el barco hundido.

La Cotilla, harta de oírme darle la culpa de la rotura, ha decido ayudarme y se ha presentado en casa con una pila de lavar antigua, a la que se le ha tapado el agujero del desagüe con cemento. Contra todo pronóstico, a la sirena le ha gustado el nuevo "acuario". Allí cabe todo, la arena, las algas, el barco hundido y además, el trozo dónde se refriega la ropa, le sirve de solarium y allí se tumba y canturrea (me dice mi primer abuelito) antiquísimas canciones para atraer a los hombres y devorarlos, como era costumbre entre las sirenas cuando los dinosaurios aún no había aparecido.

¿Y si me aprendiera yo una de esas canciones?... tal vez atrayera a posibles candidatos a padre de bisnieto. El abuelito me ha quitado la idea de la cabeza: - No, nena, que con el arte que tu tienes, solo atraerías ¡al forense!

No hay comentarios:

Publicar un comentario