jueves, 8 de febrero de 2024

¡Con piernas!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! - Espero que no traiga más manzanas podridas, Cotilla. - Mira que eres tiquismiquis. La que has montado por cuatro gusanitos de nada. - ¡¿Cuatro?! Ya tuvo razón el que dijo que está usted un poco cegata.

Mientras hablaba con la vecina, por el rabillo del ojo vi como la sirena reptaba sobre la mesa del comedor para saltar luego al aparador. Desde hace unos días le tiene querencia al cuadro de la Santa Cena, creo que es porque aún quedan migas en el mantel. 

La Cotilla, llena de curiosidad, siguió mi mirada pero no pudo ver a Pascualita porque, un nano segundo antes, mi primer abuelito la metió en el cuadro - ¡Fuiste tú el "artista" que la coló ahí! (exclamé, asombrada)

- Huy, pensé que no te darías cuenta... - Desde la cocina llegó el OOOOOOOOOOOOOO de Pepe el jibarizado: - Dice el llavero que quiere ir con Pascualita... ¿lo paso? - ¿No será abusar, abuelito? Piensa que no están acostumbrados a las visitas. - Mejor pregunto... ¿no?

Eso fue lo que hizo mi primer abuelito y la respuesta fue la siguiente. - Nos da igual quién venga. Lo que queremos nosotros es salir de aquí. - ¿Has oído, nena?¿Por qué no? 

Ni se lo pensó. Y de repente me encontré rodeada de doce barbudos que, incluso, tenían piernas, algo que me pilló de sorpresa porque siempre los veía de cintura para arriba. 

- ¿Y ahora qué, abuelito? - La respuesta me llegó en estéreo al contestar todos a la vez: -¡¡¡Nos vamos a ver mundo!!! ¡Hasta luego, Lucas!

 

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