domingo, 18 de febrero de 2024

El perfume de la ensaimada.

Me ha despertado el concierto de pitos, dedicado al rolls royce de los abuelitos cuando Geoooorge ha aparcado en la parada del bus. Un despertar brusco e inesperado no es bueno para la salud y si, encima, es domingo, peor me lo pones.

Incluso antes de abrir los ojos, me he jurado que me van a oír estos tres señoritingos. Enfundada en la bata me he dirigido a la puerta de la calle dispuesta a soltar toda mi artillería de insultos contra ellos cuando, al abrir la puerta, un aroma que ya quisiera para sí el perfume número 5 de Chanel, se expandió por toda la casa cuando el mayordomo inglés abrió el paquete de las ensaimadas recién salidas del horno.

Llamaron a la puerta. Era Bedulio. - Perdón por interrumpir pero no he podido contenerme... (y aspiró el aire que lo rodeaba) - Lo mismo dijeron los vecinos de la escalera: - ¡Perdón! pero... hum ¡que aroma!. - El árbol de la calle, entusiasmado, dejó oír su vozarrón cantando Tengo una vaca lechera... 

La Cotilla entró en casa sin anunciarse como es su costumbre y me pilló con Pascualita en las manos. Un respingo me levantó un metro del suelo estrellándome contra el abuelito que acababa de sentarse sobre la lavadora,porque ahora le ha cogido querencia al centrifugado. Grita de contento como un niño con zapatos nuevos. - ¡Que diver! !De ésto no había en mis tiempos! ¡Yuuuuuju!

- "¿Decías algo, nena?" - A ti no, abuela. A tu ex. - ¡La madre que te parió, jodía!

 

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