domingo, 17 de marzo de 2024

Es la tradición.

Desde la cocina escuché pasos acelerados que parecían venir del comedor. Me asomé a mirar pero todo estaba en calma. Volví a mi quehacer de pelar y cortar patatas para hacer una tortilla española. Poco después las carreritas se reanudaron.

Me estuve asomando y escondiendo un buen rato porque quería pillar a quien fuese que corría, in fraganti.  

Mi primer abuelito se había colocado junto a Pascualita en el borde de la pila de lavar del comedor y se lo pasaban en grande, aplaudiendo y riendo hasta las lágrimas. - ¿Ya vale de cachondeo, no? ¿Quién corre, abuelito? - Esta fue su contestación: Adivina, adivinanza ¿cual es el bicho que te pica la panza? 

Después de pensar y pensar llegué a la conclusión de que no tenía ni idea de quien era el bicho en cuestión y fingí darme por vencida para que me dieran la solución pero me salió rana y hasta las raíces del árbol de la calle me miraron compasivamente. 

Se inició una nueva carrera mientras yo miraba el cuadro de la Santa Cena, por eso pude ver  una diminuta nubecilla de polvo sahariano que me dio la solución: la nube estaba en el cuadro, por lo tanto, quien corría, también. - ¿Qué pasa ahí dentro, señores? - ¡Perseguimos migas de pan pero no se dejan coger! - ¡¡¡Quiéren comernos, con lo duras que estamos después de más de dos mil años!!! 

Se asomó el de las treinta monedas. - ¡Estamos caninos! - Pero si falta ná y menos para Semana Santa y... - ¡Nada de Y...! Aquí todo el mundo come menos nosotros. - Es la tradición... 

La discusión siguió horas y horas sin llegar a nada. Ni siquiera pude saber quien es el bicho que te pica la panza...

No hay comentarios:

Publicar un comentario