viernes, 1 de marzo de 2024

Dudando, que es gerundio.

Las Dudas no me han hecho caso y campan a sus anchas por casa. De ahí que todos estemos preguntándonos cosas y las contrarias. El primero en caer bajo el embrujo de las Dudas fue Pepe el jibarizado pese a tener la cabeza vacía de polvo y paja. 

Le oí decir: OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO ... OOOOOOOOOOOOOOOOOO y me hizo gracia porque, normalmente suele soltar toda la parrafada junta. No me quedó más remedio que llamar a mi primer abuelito para la traducción telepática por si Pepe decía algo importante. Apareció sobre la tele envuelto en un sudario de seda verdemar del que continuamente brotaban flores de almendro y alfombraron el suelo de casa.  

- El jibarizado duda. - ¿Tiene esa capacidad? - Sí. Ha sido culpa de una Duda, morena de verde luna, de la que se ha prendado y no sabe si presentarse a ella como el hermoso guerrero que fue o el llavero que es ahora. - Menudo dilema le ha endilgado la Duda ¿Qué piensa hacer? - No lo tiene nada claro. 

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡Tengo una duda, nena! - Pues llévesela al trapicheo y se la endilga al primero que vea. - No puedo. Antes tengo que resolver el dilema y no es fácil. Quiero hospedar a más turistas a la vez, en el cuarto piso que, como sabes, es mi casa. - Quién no parece saberlo es usted, tía pestiño. - Si pongo dos catres más ya habrá quince. La duda es ¿comulgaran los turistas con muelas de molino o los vecinos, quejosos, me denunciarán a Hacienda? ... - Sería lo más justo - ¡No pido tu opinión, boba de Coria! 

Una rama del árbol de la calle ha llamado a los cristales del balcón: - Nena (dijo el árbol) tengo una duda y... - ¡Ah, no! ¡No, no y no! Que cada palo aguante su vela... ¿o es su sombrilla?

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