jueves, 21 de marzo de 2024

Ya falta menos para que cenen...

 En el cuadro de la Santa Cena están revolucionados. - Cada año se me hace más larga la espera... (dijo uno de los comensales) - Tendríamos que proponer otro modelo de comidas. Por ejemplo, en lugar de comer una vez al año, repartir esas horas durante el resto del año... ¿no os parece? - Podríamos proponerlo. 

En seguida salió el grupo de los conservadores a dar su opinión. - No somos partidarios de moderneces...  - Como la discusión tenía visos de eternizarse me fui con Pascualita al mercado de Pere Garau a comprar los avíos para hacer empanadas. Y como siempre, desde que quedó encerrada en una de ellas, le solté el consabido sermón que acaba con la frase: - No me gustaría comer empanada de sirena ¡Puag, que asco! 

Reconozco que me pasé y tuvo razón al tirarme un buchito de agua envenenada, sin embargo no hacía falta afinar tanto la puntería porque ahora tengo un ojo que me ocupa casi toda la cara y sigue creciendo. ¡La madre que la parió!

Las discusiones en el cuadro siguen, a pesar de mis gritos y llantos, sumados al magnífico coma etílico de chinchón que me provoqué para quitarme el dolor. Las opiniones estaban enrocadas entre el SI y el NO.

Entre tanto jaleo conseguí escuchar una frase distinta a las repetidas, dicha por Pepe el desmemoriado, que no tiene otra: - Sigo sin recordar qué cenamos "esa noche"...

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