lunes, 11 de marzo de 2024

La venganza será terrible.

Me despertó el castañeteo de los dientes del árbol de la calle. Harta de oírlo, me asomé al balcón cuando aún no habían puesto las calles. - ¿No sabes temblar en silencio? Despertarás a todo el barrio y luego, quien tendrá que pagar la multa, seré yo. - Hice un desplante torero para dejarla con la palabra en la boca y volver a la cama que levaba un rato llamándome.

-  No es... brrr... frío, boba... brrr... de Coria. Es que me... brrr... van a convertir en ... brrr. ... sustento de chimenea y tengo miedo... - ¿Por algo en particular? - Vengan... brrr... za. - ¿Te has metido con los de Parques y Jardines? Mira que eres tonto. 

Entonces el árbol se puso a llorar como una magdalena... No. De esas del supermercado, noooo... . Una cascada de lágrimas cayó, de golpe, en el alcorque anegándolo por completo. Del subsuelo llegaron protestas: - ¡¡¡Cerrad el grifo, almas de cántaros, que hay sequía!!! - Pero el árbol siguió llorando con tal intensidad que las raíces pidieron socorro - ¡¡¡Nos ahogamooooos, cabroneeeeees!!! - Fueron unos momentos muy dramáticos.

Cuando el "grifo" se cerró, el árbol respiró hondo y habló ante los personajes de casa que estaban deseosos de saber: - El Alcalde quiere talarme porque el otro día aparcó su bicicleta contra el tronco... ¿Acaso no sabe que a los plataneros nos gusta el hierro? ¿Por qué lo hizo? - ¡¿No me digas que te has comido su bici?! - ¡Si es que me la puso a huevo! -


 


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