domingo, 24 de marzo de 2024

Se acordó.

- Pascualita, el Hombre del Tiempo ha dicho que, en Semana Santa, lloverá ¡Bien! Eso está bien. Tiene que llover porque estamos en sequía. Y si nos falta el agua ¿qué beberemos en verano? ... Nosotras lo tenemos resuelto con el chinchón pero ¿qué pasará con los turistas?. No hay chinchón para tanta gente en el súper.

La sirena me miró con aire preocupado. - Tranquila que la del mar no se terminará y el chinchón ya veremos... - Pascualita sacó la dentadura de tiburón a pasear.  - ¡Quieta, parada, fiera! Pensaremos algo... vale, yo no, la abuela.

De la siesta me despertó el: - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! (de la Cotilla) ¡Que calor! ¿Hay chinchón on the rocks en la nevera, nena? 

Faltó poco para que vaciáramos la jarra fresquita. Antes de que la Cotilla se amodorrara en el sofá de la salita, dijo con voz pastosa: - Siempre he... querido saber porque... te echas gotas... de chinchón en el ... escooooote cuando lo... bebes...zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Tragué saliva. ¿Se acordará del comentario que me ha hecho cuando despierte? Espero que no porque ¿a ver que le digo yo?

No pasó nada. Lo olvidó. Uf, menos mal.

Pasé la tarde discutiendo con las bolas de polvo para que cooperasen con la escoba a fin de que la casa quedase bien barrida - ¡A ver si puede ser de una vez! (me quejé) 

Llegó la noche y unas por otras, la casa quedó sin barrer. Me puse de mal café  y cuando iba a montar un cristo, la Cotilla, que salía a sus trapicheos, dijo antes de cerrar tras de sí la puerta de la calle. - Solo puede ser para que libe ahí la lengua de Pascual ¡Que asco! compartir al querido de tu abuela... ¡PAM!

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