viernes, 15 de marzo de 2024

Palabras mágicas.

 He sentado a Pascualita en el frutero de la cocina y a Pepe el jibarizado a su lado. - A ver, señorías (dije con sorna) Está llegando el tiempo de ponerse hasta arriba de buenos dulces y mejores potajes. - A la sirena se le alegraron las pajarillas.

- Cuando haga las empanadas te encerraré en mi cuarto porque no quiero tener que desmontarlas cuando no te encuentre por ningún sitio. - Pascualita uso los ojos en blanco como diciendo: Por un perro que maté me llamaron Mataperros. - No pongas esa cara de víctima. ¿Cuántas veces has estado a punto de que te metiera en el horno porque te habías caído dentro de la cazoleta sin que me diera cuenta... eh?

El ojo catalejo del jibarizado iba recorriendo, poco a poco, el perímetro de la cocina. - ¡Y tú no disimules! Os encerraré a los dos en mi cuarto ¡Y pobre del que me haga una trastada! ¡¡¡NO COMERÁ EXQUISITECES!!!

Poco después, con el cuaderno de recetas de cocina en la mano, donde está el ancestral Potaje de Semana Santa, no pude evitar leerlo en voz alta... incluso nombré a los repápanos... De la página de las rosquillas nos llegó el olorcito del anís.

¡PLAF!... se me cayó la baba en el cuaderno y tuve que secarlo rápidamente para que no se borrase ninguna palabra mágica como: garbanzos..., azúcar..., Jeréz... espinacas.... ralladura de limón...

¡PLAF!... ¡PLAF!... ¡PLAF!... ¡PLAF!...

Los personajes de casa también babeaban...

            

No hay comentarios:

Publicar un comentario