viernes, 29 de marzo de 2024

Maleducado.

El Estruendo de claxons que se forma cada vez que Geoooorge, el mayordomo inglés aparca en la parada del bus el magnífico rolls royce de los abuelitos, sube a casa por el tronco del árbol de la calle y se planta en el comedor, esté la Cristalera abierta o cerrada. 

Se nota que no ha ido a un buen colegio. Le falta educación o, simplemente, no aprovechó su oportunidad... como yo, aunque esto no debe saberlo nadie y menos aún los posibles candidatos a padre del bisnieto de la abuela.

El caso es que cuando entraron los abuelitos seguidos del inglés, el Estruendo ya se había repantingado en el sofá de la salita como si fuera suyo. Al Estruendo le da igual si molesta o no (que sí). Ni sufre ni padece. Le gusta provocar como cuando venían hacia casa y se ha metido, contra dirección, en medio de una Procesión. Bedulio que estaba allí para mantener el órden, se desgañitaba dando el alto al rolls royce que no tenía culpa alguna ni se daba por aludido porque no está acostumbrado a que nadie le saque los colores.

Los presentes, móviles en ristre dispararon fotos a placer. El Estruendo disfrutaba como un niño chico. El rolls royce, pálido y desencajado, pedía perdón a los cofrades por el desaguisado mientras Geoooorge, apuradísimo, se tomó tres tazas de té seguidas.

La abuela sacó su pronto barriobajero y le arreó tal patadón al Estruendo que salió volando y aún lo busca el helicóptero de la Guardia Civil.

Hasta mi primer abuelito aplaudió a rabiar. Y plantándose encima de la mesa del comedor, con un sudario de seda salvaje de ñus del Sherengueti que olía a catarata desbordada, dedicó una frase a el Estruendo, con voz engolada: - ¡Tanta gloria lleves como descanso dejes, animal de bellota!

No hay comentarios:

Publicar un comentario