miércoles, 28 de agosto de 2024

¡Dos días ausentes!

He cogido por una oreja a Pompilio cuando pasaba a toda pastilla por mi lado. Al no estar acostumbrado a que le pasen éstas cosas, chillaba como una rata pensando que le iba a caer la del pulpo.

Ni que decir tiene que todos los personajes de casa perdían el oremus para llegar los primeros al comedor y no perderse nada de la ejecución.

Las bocas abiertas de todos, sumada a una expresión bobalicona, nos dieron a entender que no habría nada de eso. - ¿Qué ejecución? - ¡¿?! - ¡Ah, pero, no..! - ¡NO!- ¡Avemariapurísimaaaaa! ¿Ya estas hablando sola otra vez? Así cómo vas a encontrar novio. - Quise disimular: jejejejeje Hay que ver el vicio tan tonto que he cogido...

- Si no lo vamos a ejecutar (preguntó el comensal de las treinta moneda de la Santa Cena) ¿por qué grita tanto el duende de los calcetines perdidos? - Vaya usted a saber (contestó la Cristalera) ¿No querrá que nos explique ahora, las guerras púnicas?

Pompilio chillaba con tanta potencia que decidí hacerlo "Trompeta de Pregón", trabajo que no le afectaría al suyo vitalicio de los calcetines.

Una vez decidido ésto, me aclaré la garganta, tapé la boca a Pompilio y dije, a pesar de la presencia de la Cotilla: Debo deciros que... (de repente me emocioné) ¡snif!... hace DOS DIAS que nadie puede leernos... ¡snif!... El Servidor del ordenador se ha ido a por tabaco y no ha vuelto... ¡buaaaaaaaaaaaaa! - No pude seguir. 

El silencio era tan grande que ocupaba toda la casa. Pascualita se zambulló hasta el barco hundido de la pila de lavar del comedor y se encerró en el. 

La Cotilla movía la cabeza diciendo: - Estás como una cabra, nena. - porque ella, como es natural, no se entera de la misa, la media.

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