lunes, 5 de agosto de 2024

¡Que cruz tengo con ésta gente!

¡Tres semanas lleva Andresito en casa en plan de Asilo Familiar y ya estoy hasta el gorro. De modo que le puse las cartas sobre la mesa y dije: ¡Corta!  Así, sin anestesia. A las bravas. Pues, anda que no soy buena yo para cantarle las cuarenta al Lucero del Alba...

- ¿A qué jugamos, nena? - (¿Y yo qué sé?) A ir al mercado de Pere Garau por separado y aquel que primero encuentre... hum... ¡fresas! tendrá un premio. - ¿Qué premio? - No lo sé porque es sorpresa. - Ah... ¿y quién lo entregará? - Pues... el Municipal del Mercado. - Que es tu amigo Bedulio... ¿qué quieres que te diga? No me parece muy ético... Además, ahora hay salto de pértiga en la tele. Mira, nena, ya jugaremos otro día. Ah y no me gustan las fresas.

Entró en la salita y se apalancó en mi lado del sofá. Yo me mordía la lengua para no soltar un ¡VETE A TU CASA! Hay que ver lo que tira la Torre del Paseo Marítimo.

Llamó la abuela: - "¿Andresito está adelgazando?" - Unos cien gramos. - ¿Se compra comida hecha? - No. Come fabada de bote como la Cotilla y yo... - "Algo pasa entonces... A ver si tiene bulimia y después de comer se va a vomitar al váter y... - ¡No! Se sienta en el sofá, da unas cabezadas y luego mira las Olimpiadas hasta que se acaba el día. - "¡Ya tendría que estar canijo con lo mal que se come en tu casa!" - Se alimenta de las historias que le cuenta Pepe el jibarizado donde siempre sale el menú (nunca el mismo) que hicieron con su cuerpo los de la tribu vecina y eso debe motivar a sus jugos gástricos. - "¡Que asco!" - Por qué no te lo llevas a El Funeral, con su mejor foto, y le dices que es la que se colocará en el Pared de los Finados de la cafetería cuando estire la pata.

Durante unos minutos reinó el silencio. Después. partiéndose de risa, dijo: "¡Me gusta la idea! Del susto le dará un soponcio ¡Y seré viuda otra vez! ¡¡¡JUBILADOS, VOY A POR VOSOTROS!!!"

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