sábado, 21 de diciembre de 2019

Inundaciones.

Tenía puesta la tele mientras daban el telediario. Salían, uno tras otro, vídeos de inundaciones de ciudades, pueblos, campos... de España y se me ponía la carne de gallina de solo pensar que pudiera ocurrirme algo así. Afortunadamente en Palma hacía sol.

Me levanté para ir en busca de Pascualita y, al hacerlo, me he encontrado chapoteando en agua fresca. - ¡Oh, no! se ha desbordado Sa Riera. (pensé) - Después me di cuenta de que hay un buen trecho desde su cauce a mi barrio y respiré aliviada porque no podía ser que llegara hasta aquí.

Pero el agua que estaba en el suelo era real y cada vez había más. Entonces me acordé de esa niña bajita, con trenzas, llamada Greta y sus palabras apocalípticas. - ¡El mar! (grité ésta vez) - Y salí al balcón como aquel Alcalde mítico de Bienvenido Mr. Marchall, que gritó la famosa frase: ¡Como Alcalde vuestro que soy, os debo una explicación y esa explicación os la voy a dar...

Pero yo no tenía ninguna explicación y ni siquiera soy alcalde de mi ciudad.

Cogí a Pascualita. Si era el mar el que había inundado mi casa y, seguramente media Palma, ella como experta en agua mar y ¿amiga? mía, me pondría a salvo.

Al abrir el balcón una catarata saltó a la calle duchando a Bedulio que pasaba por debajo haciendo la ronda.

Después de ponerme a parir, corrió escaleras arriba, aporreó mi puerta gritando que le abriera. Pero como no me pareció correcto dejar entrar a un hombre berreante que, encima iba chorreando, no le abrí.

La sirena se agarraba a mi bata para no caer mientras volvíamos a salir al balcón para ver una riada que no existía. Quedé perpleja. El mar seguía en la playa. La calle estaba seca salvo la acera que seguía recibiendo agua.

Entonces ¿qué pasa aquí?... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Huy, que despiste el míííííío! He abierto el grifo de la bañera para darme un baño relajante con sales que he encontrado en el contenedor del súper y me he ido a "limpiar" cepillos de las iglesias. ¡Se me ha ido el santo al cielo! jajajajajaja ... Por cierto, Bedulio me ha dicho no sé qué de ti... No lo he entendido porque echaba espuma por la boca y lo estaban metiendo en una ambulancia.


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