domingo, 8 de diciembre de 2019

Remilgada.

He decidido que Pascualita coma lo que le venga en gana. Será la única manera de no tener problemas, ni con ella ni con la abuela. Así que le he pedido que me traiga todo lo dulce que encuentre en el contenedor del súper.

La vecina, que es muy "graciosa" contestó: - ¡Niña! ¿estás embarazada? ¡Huuuuy, que chiste más buenoooooo! jajajajajajaja ¡Como no sea del Espíritu Santoooo! jajajajajaja ¡Aaaaaaaayyyyyy, que me meoooooo!

- ¡Ya vale, Cotilla! Es que quiero hacer acopio de cosas para Navidad.

Cuando volvió por la noche vació el bolso sobre la mesa de la cocina y salieron un montón de cajas de donuts y paquetes de rosquillas. - Las magdalenas se las llevó todas la Salvadora. ¡que acaparadora es ésta mujer!

La Cotilla se sentó. - Venga, que yo te vea comer. No vaya a ser cosa que sea un embarazo de verdad jijijijijiji ¡Perdón! y te salga luego el crío con cara de hambre.

No me quedó más remedio que hacerle caso, sino hubiera sospechado que pasaba algo raro.

Tanto de rosquillas como de donuts, dejé el centro. No me lo quería comer todo o la sirena se quedaría sin probar nada. - ¿Qué modo de comer es éste? (se escandalizó la Cotilla) - No me apetecen los agujeros (protesté) - ¡¿Qué? Tendrás cara ¡He tenido que pelearme con la Salvadora y ahora me sale la tiquismiqui con esas! - Salió de casa dando un portazo y echando chispas.

Entonces la sirena se comió los agujeros. Y, ahora no quiere nada más. Solo, agujeros.






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