viernes, 6 de diciembre de 2019

La desgracia.

La abuela ha venido a casa y se ha llevado a Pascualita. ¿Por qué? porque dice que la maltrato (¿?) dejándola sin comer. - Se hubiese muerto, abuela. - Y se largó sin escucharme.

El caso es que me he quedado a solas con Pepe. Solo de pensarlo me entra sueño por lo callado que es. Pero después me he dado cuenta de que es más fácil salir a la calle con Pepe que con Pascualita porque una sirena montaría la marimorena si la descubrieran pero no un llavero por mucha cabeza jivarizada que lleve colgando. Así que me lo llevé de paseo.

Caminé junto al mar sin la presión de que la sirena se me escapara del termo de los chinos. Vi llegar barcos, irse otros. Descansé en un banco de piedra disfrutado del paisaje y teniendo a Pepe cara al mar.

Me asaltó una duda ¿habría visto el mar alguna vez mientras vivió? Pues, hala, ahí lo tienes, bonito.
No expresó ningún sentimiento y siguió con los ojos cerrados y cosidos como si tal cosas.

Seguí caminando y oxigenándome. Pasé bajo la Catedral. Avancé bajo las palmeras del Paseo de Sagrera, admirando la vieja y hermosa Lonja; inicié el Paseo Marítimo. Entre el ruido del tráfico se escuchaban los gritos de las gaviotas...

Pronto estuve frente a la Torre de los abuelitos. La abuela me hacía señas para que subiera. Me hice la tonta y reanudé la marcha hasta que Geooorge, dándome un golpecito en la espalda, me dijo: - Madame querer que tu subir a Torre. - Dile que nanay. - Mi subir a ti. (parecía amenazarme) - ¿En brazos? ¡Vale!

Cuando llegamos arriba, a través del jardín y sus escaleras en zig zag, el inglés estaba sin aliento. - "¡Corre. (gritó la abuela) Ha habido un accidente horrible!"

Se me pararon los pulsos. - ¿El abuelito... la Momia... ? - "¡Peor... Pascualita!"

¡Ay,ay,ay,ay,ay,ay... ¿Ha saltado al mar desde aquí arriba? - "No..." - ¿El inglés la ha pisado creyendo que era un bicho? - "No... " - Pues, entonces... - "Mirala tu misma"

En la salita particular de la abuela, junto al ventanal, estaba el orinal aristocrático ¡vacío!. Sobre la mesa camilla había una cosa rara. - ¿Qué es? - "Pascualita... (murmuró llorosa)

Al acercarme me dio la risa. Era Pascualita, sí, pero psicodélica. Era un cilindro de muchos colores. - ¡¿Ezo que é lo qué e?! (dije mientras me ahogaba la risa) jajajajajajaja - "La pobre, acostumbrada a saltar en el cola cao, ha hecho lo mismo en mis botes de pintura ¡varias veces en cada uno ¡¡¡No te rías!!!" - Pero no podía parar. - ¡¡¡ ES UN LORO MARINO JAJAJAJAJAJAJAJA!!! Hazle una foto para colgarla, el día que la palme, en la pared de Los Finados de El Funeral!  jajajajajaja

Pascualia ha vuelto a casa yapenas le queda pintura... Lo que no he conseguido quitarme es el dolor de cabeza del pescozón que me dio la abuela por mi comentario ¡Cada vez tiene menos correa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario