miércoles, 19 de febrero de 2020

¡Al fin solos otra vez!

Le ha faltado tiempo a la abuela para venir a ver a su mayordomo. Lo tiene  mimadísimo y el otro se deja querer. - Mi estar asustadou madame. - "Estando conmigo no tienes nada que temer" - Pero  yo estar con boba de Coria... ( dijo lloriqueando) - "Reconozco que no es lo mismo. ¿Qué quiéres hacer entonces?" - Ir a England, plis... - "¡Ah, no! Eso sí que no. Con lo que yo fardo de mayordomo inglés con las amigas. Venga, vamos a casa"

Le costó irse porque no se fiaba de Andresito. - "Es un poco retrógrado, lo sé, pero en el fondo es bueno" - ¿Y si quemar a mi en hoguera como botifarrón? - "No creo que lo haga pero, de hacerlo, sería sin mala uva"

Al final se fueron, a pesar de todo... aunque no fueron las palabras "tranquilizadoras" de la abuela quienes convencieron al inglés, sino la vista del fantasma de mi primer abuelito balanceándose en la lámpara del comedor. Y mira que le tengo dicho que no lo haga porque, si la rompe, tendrá que pagarla. A lo que me responde con guasa: ¿Cuándo has visto tú a un fantasma con bolsillos en la sábana? jajajajajaja

Pascualita, Pepe y yo hemos respirado a gusto al quedarnos solos. A la cabeza jivarizada Geooooorge le había cogido manía y la tiró varias veces al cubo de la basura (de dónde la rescaté otras tantas) Decía que era una cosa insana para estar en la cocina. A lo que, harta, contesté que más insano es pasarse el día bebiendo agua caliente con hierbas.

Pascualita, por fin, puede asomarse al exterior del acuario y para celebrarlo, se ha pasado el día reptando por toda la casa en busca de bolas de polvo. Al parecer se las come como si fuera el algodón de azúcar de las ferias. No seré yo quién le diga que no lo haga...



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