sábado, 15 de febrero de 2020

Menudo cabreo tiene la abuela.

La abuela ha llegado a casa hecha un basilisco, seguida al trote por Geooorge. - "¡Nos hemos borrado del médico particular!" - ¿Por qué? - "Porque no tiene tacto ni sensibilidad para tratar a los pacientes" - Pues, hasta ahora, te gustaba... - "Pero ya no porque, después del rapapolvo que le dio Andresito, nos hizo ir a su consulta para revisar el plan de medicamentos que teníamos. Nos costó un poco que diera su brazo a torcer y nos recetara más cosas pero, finalmente, claudicó aunque no le hizo ninguna gracia.

- Es que a un médico no se le dice qué queremos que nos recete. Pobre hombre ... - ¡¿Pobre?! Para justificar los nuevos medicamentos escribió que yo tenía el nuevo virus ¿Tu crees que se puede tener tan poco tacto  como para decirle a una Republicana empedernida como yo, que tengo el Coronavirus? ¡¡¡El Corona, nada menos!!! ¿Pero quién se ha creído que es éste tío?"

Mientras la abuela se desfogaba del berrinche, Geoooorge preparó te y se sentó luego junto a la pecera a escuchar nuestra conversación.

Pascualita, al oír a su amiga dar gritos, salió a la superficie del acuario, muy cerquita del mayordomo.

La abuela estaba más y más enfadada y no se dio cuenta de eso. Fui a por el chinchón y le eché un buen chorreón al te y después otro al acuario. El mayordomo se levantó de un brinco. - ¡You estar loca! - Para entonces, la sirena ya nadaba hacia el fondo de arena para no perderse ni una gota del licor.


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