sábado, 8 de febrero de 2020

La Cotilla.

La abuela dice que maltrato a la sirena porque no la dejo hacer lo que quiere. - "Debería denunciarte a la Sociedad Protectora de Animales" - Entonces, según tú, tendría que poder romper todos los huevos que quisiera. Menuda educación. - "Pobrecilla, encima que está lejos de su hábitat, de su familia, sus amigos, vas tú y le cohartas su libertad de acción" - Abuela, la culpa es tuya. Llévala al mar y que se largue. - "Eso. Y que se la coma un tiburón. ¿Es lo qué quieres?"

Cuando a la abuela le da por terjiversar las cosas, lo consigue. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - ¡Ostras, la Cotilla! (¡me asusté) - ¿Qué pasa? ¿Hay cónclave familiar? ¿A quién se ha comido un tiburón? - ¡Menudo radar tiene usted! - "No pasa nada, mujer. Estaba contándole una película a mi nieta"

- ¿Tenéis alguna caja de zapatos vacía? - Pues... no. - Necesito una con urgencia. - ¿Y eso? - Es para meter el dinerillo extra que me saco todos los días para poder llegar a fin de mes. - ¿Lo guarda? - ¡Claro! ¿Nunca te han contado el cuento de la hormiga y la cigarra? Pues yo soy la hormiga.

Ante su insistencia tuve que desvestir un santo para vestir a otro y mis zapatos de domingo fueron a parar a una bolsa de plástico del súper. Pero no acabó ahí la cosa porque después pidió papel de periódico, pegamento y unas tijeras. - Pide usted más que Hacienda (ya me había puesto de mal humor)

Al final, con todo ello hizo una hucha. Con una hendidura en la tapa a medida para las monedas de dos euros. Vació luego su bolso y entre calderilla de los cepillos de las iglesias y un montón de billetes - Ganados en el trapicheo nocturno (dijo) - a punto estuvo de llenar la caja-hucha.

- Oiga, eso es una pasta... - Si, tendría que usar cajas más grandes pero éstas son más fáciles de manejar... - ¿Cuántas tiene? - Pues... así, de pronto... no sé... unas veinte, supongo. - ¿Tan llenas como ésta? - Noooooo ¡más! hay que aprovechar bien las cajas.

La envidia cochina que me empezó a corroer, saltó como un geiser: - ¡¡¡¿Y TIENE LA CARA DURA DE VENIR A COMER TODOS LOS DÍAS DE BALDE A MI CASA?!!! ¡¡¡LA MADRE QUE LA PARIÓ!!!

La Cotilla, ojiplática por mi reacción virulenta, le preguntó a mi abuela: - ¿No se ha pasado siete pueblos tu nieta? - "Algunos sí pero es que eres más agarrada que un chotis" - Vaaaaale... Nena, el bote de fabada de mañana, lo pagaré yo.

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