martes, 14 de abril de 2020

31º día de Cuarentena

Según me ha dicho la Cotilla, que ha vuelto a salir a la calle a trapichear y se mete por todos los rincones a pesar de la cuarentena, la abuela sufrió un soponcio al llegar a la Torre del Paseo Marítimo. Todo por mi culpa, natruralmente. - Por qué ya me dirás tú para que te sirve la cuarentena... - ¿Para no infectarme de coronavirus? - No hablo de eso. - ¿Entonces? - Treinta días sola en casa. Solita. ¿Y no has sabido aprovechar la ocasión para meter aquí dentro al primer vecino que pase por delante de tu puerta y que te haga el bisnieto? Que poco te pareces a tu abuela.

- Pues... ¿qué quiere que le diga? No se me ocurrió... - Como aún queda cuarentena, tienes tiempo boba de Coria ¡Es que te lo tengo que decir todo, jopé!

Pascualita, al oír los gritos, se asomó al borde del acuario. La Cotilla giró, rápidamente,  la cabeza. - ¡Algo se ha movido! - ¡Una rata! (grité) - ¿Las ratas nadan? - Pues... - Si es una rata me largo. - Y sin más, cogió su bolso y salió de casa a trotecillo rápido.

Libres ya de la vecina, la sirena y yo nos sentamos en el balcón a tomar el sol y pensé que no era todo tan fácil como lo pintaba la Cotilla... por eso de guardar las distancias, llevar la cara tapada, guantes, gafas...

Mientras tanto, la modorra hacía presa en mi y fui cayendo en un sopor buenísimo del que desperté de un brinco cuando el timbre de un interfono me llegó desde la calle. - ¡Un vecino! (grité) - y salí corriendo, abrí de golpe la puerta de la calle mientras quien había llamado, llegaba a mi rellano. Le cogí de un brazo y de un tirón entró en casa, cerré la puerta y dije: - Por tu madre ¡¡¡HAZME UN BISNIETO!!!

He tenido que ponerme un paño caliente en la cara del bofetón que me arreó la vecina del 7º que se ha ido gritando: ¡¡¡NO ERES MÁS TONTA PORQUE NO TE ENTRENAS!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario